JOSÉ MANUEL RESTREPO ABONDANO | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Mayo de 2013

Transformación del sector productivo

 

En estos días titularon los medios de comunicación sobre la reducción en el monto total de las importaciones al mes de marzo de este año. Hace un par de semanas la noticia había sido la reducción de las exportaciones y su posible impacto en un deterioro en el crecimiento del PIB. Finalmente lo anterior se suma a la menor aceleración en la llegada de inversión extranjera, que tradicionalmente había estado en cifras récord en nivel mundial.

La caída de las importaciones se explica por el propio deterioro de las más importantes variables de la economía colombiana. En particular por el muy pobre desempeño en los últimos cuatro meses de la industria y el sector agropecuario. Normalmente cuando a la economía interna le va mal o regular, el impacto inmediato es un freno en las compras internacionales y un consecuente mejoramiento en la balanza comercial.

Estos datos confirman la preocupación nacional sobre un urgente cambio en la estructura productiva colombiana. Seguimos mostrando una alta dependencia en los recursos naturales como fuente de comercio internacional (hecho que no es malo per se), así como una baja o poca complejidad y valor agregado en los productos que exportamos.

La pregunta que surge a continuación es cómo elevar nuestros niveles de productividad y cómo diseñar una agenda horizontal y vertical de mejoramiento en nuestra competitividad. En la primera agenda hemos hecho esfuerzos como el fortalecimiento de políticas microeconómicas, los trabajos en mejoramiento del capital humano, en el sistema financiero, en el proyectado plan de infraestructura, en las políticas de innovación y desarrollo científico y tecnológico, entre otros temas.  Todos estos temas han sido agenda prioritaria en las políticas nacionales de competitividad, y en todos estos asuntos hemos dado un salto importante.

Sin embargo, no puede decirse lo mismo de los avances en la agenda vertical. Dicha agenda hace referencia a la necesidad de focalizar y territorializar las estrategias de desarrollo productivo. Esto hace referencia a la construcción de “clusters regionales” o programas de capacitación o mejoramiento del talento humano en regiones o sectores específicos, o planes focalizados de financiamiento temprano a empresas en marcha o innovadoras. Un ejemplo de esto último lo constituyen los programas de Bancoldex o de INNPulsa que tantos frutos están dando en el mejoramiento de nuestra economía.

En este último camino juegan un papel muy importante las tareas de coordinación y regulación, así como el diseño de incentivos apropiados por parte del Gobierno Nacional.

De no seguir un camino en esta dirección continuaremos como en una bicicleta estática, atrapados en la famosa “trampa de países de ingresos medios”, que crecen a tasas moderadas pero no mejoran significativamente en sus impactos y resultados de mediano y largo plazo.

Urge entonces una agenda de transformación productiva que sea estructural y que supere las expectativas de propuestas coyunturales y de corto plazo como la denominada Propuesta PIPE, que termino siendo más un “reparcheo” productivo que una verdadera apuesta por la productividad.

jrestrep@gmail.com