JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Jueves, 20 de Marzo de 2014

Puerta trasera

 

Detrás de asambleas empresariales que por esta época se efectúan en el país, ha quedado abierta la inconformidad de pequeños y medianos productores sobre la realidad de la Reforma Tributaria en el último año. Los expertos que preparan los respectivos informes manejan con guantes de seda el tema sobre las verdades y efectos del pago de impuestos. Otra cosa es que lo mostrado en cifras, no trasciende de manera pública para evitar irritaciones políticas y daño de negocios de empresas con habitual participación en licitaciones y concesiones. El debate se congeló mientras avanza la campaña electoral.

Pequeños, medianos y, aun grandes industriales, guiados por experimentados tributarios, concluyen que, la Reforma no ha sido justa, ni equilibrada, como se insistió al aprobarse. Con la eliminación de los parafiscales a las empresas, el Estado ha transferido por cuenta del bolsillo de los ciudadanos, más de 3 billones de pesos para financiación del SENA y el Bienestar Familiar. Alrededor de este hueco fiscal se han expedido decretos complementarios que son más aclaraciones que corrección de errores de la Reforma. La balanza en tributos no está bien sostenida, y se carga más, sobre el presupuesto del contribuyente.

Las exenciones a compañías petroleras, mineras y financieras, se han mantenido con paraguas grande, otorgado por el Estado, para compensarles inversión en el país. Esa protección se convirtió en fuga de capital de la nación. Hace 5 años, distintos ángulos de la actividad económica advirtieron que, demasiados beneficios a transnacionales, abrirían grieta en el erario y en recursos para alimentar el Presupuesto Nacional.

Es aspecto que no se debate por temor a espantar inversión extranjera, y alterar indicadores de Colombia en el mercado internacional. Medios empresariales y laborales, consideran oportuna una modificación tributaria, aplicando IVA con pinzas y en justa balanza. Evitaría golpear a consumidores de nivel salarial medio, como también a los del rebusque, calificados como independientes.

No se trata de eludir impuestos, o que todo sea gratis. Tampoco que arrastre gravamen del 8 y 14 por ciento, en compras o consumos pequeños. El IVA pesa en la canasta familiar con  5 por ciento a  trigo, avena, café, azúcar, harina de trigo y aceites, componentes básicos para fabricantes y consumidores. La Reforma no disminuyó desigualdad, ni generó plenamente empleo formal sino temporal. Se eliminaron los parafiscales, y el empresario paga alta tributación personal, pero recupera el dinero con lo que vende. Por eso hay alzas disimuladas en precios al consumidor-.

Esta inequidad le abrió a la Reforma Tributaria su puerta trasera. Así el que tiene, no pierde.