JUAN DIEGO BECERRA | El Nuevo Siglo
Domingo, 29 de Julio de 2012

Paradojas

 

Aún me pregunto por qué el Polo Democrático ha sido tan fulminante opositor de la reelección en nuestro país, pero a la vez está completamente de acuerdo y apoya la re-re-re-reelección de nuestro Presidente vecino. Quizá es simplemente porque consideran que Hugo Chávez es un enviado de Dios o de Bolívar, pero en el fondo mi corazón me dice que no apoyan la figura reeleccionista en Colombia porque no son ellos los que ostentan el poder. Si así fuese, ¿dónde está la credibilidad y la coherencia cuando se defienden principios democráticos y será que Chávez sí es un demócrata?

Esa es la realidad política de nuestro país. Una simple paradoja. La oposición, el establecimiento, la sociedad civil. Inmersos es discusiones bizantinas, logrando victorias pírricas y ufanándose de ellas. Y se repiten y se repiten, y nos repetimos y nos repetimos, como si estuviésemos inmersos en una espiral interminable.

Y matan soldados y sale un expresidente a reclamar su papel de gallina, a pelear por el huevo que dice que nadie defendió. Y sale la supuesta defensora de la paz a pedir a indígenas que se levanten contra el Ejército nacional y una supuesta derecha ilustrada a pedir a los militares que se levanten contra los indígenas. Y las guerrillas siguen hablando de querer la paz y continúan poniendo bombas y el Gobierno que aún parece que no puede definirse sobre lo que quiere, pero sigue diciendo que quiere la paz aunque no hace más que la guerra.

¿Quién tiene la razón en medio de todo este embrollo? Ninguno. La oposición ha sido ciega crítica pero nunca propositiva, con un discurso anacrónico y poco sintonizado con la realidad nacional. El establecimiento ha sido acrítico, encerrado en un discurso unanimista y enemigo de voces diferentes, aunque sólo sirvan para hacer un poco de ruido. Y la sociedad civil ha sido permisiva, tolerante con la inacción y con el delito y ciega y sorda y muda.

Todos hemos sido culpables y ninguno ha querido asumir la responsabilidad. Y llevamos más de 60 años tratando de adjudicarle toda la culpa a los otros, como si la violencia de la violencia no hubiese sido de liberales y conservadores; como si el narcotráfico y el paramilitarismo, de las guerrillas y de la clase política y de la sociedad civil.

Vivimos como si la Colombia de hoy no fuera con nosotros, sino con nuestros abuelos o con nuestros nietos. Como si viviéramos en una paradoja que ni siquiera es nuestra.

@juandbecerra