Juan Felipe Reyes | El Nuevo Siglo
Miércoles, 18 de Febrero de 2015

Anuncio inaceptable

 

E mi columna pasada afirmé que los colombianos somos desmemoriados. En esta columna diría que somos conformistas. No analizamos ni reaccionamos frente a la contundencia de las palabras y su  significado de fondo. Las consecuencias de esto pueden ser fatales y así lo ratifican hechos que hacen ya parte de la historia. El anuncio hecho por el jefe guerrillero Luciano Marín alias Iván Márquez de “no incorporar” en adelante menores de 17 años en las filas guerrilleras de las Farc. Aparte de generar un interrogante  respecto del estado real del proceso de paz en La Habana resulta ser un anuncio inaceptable.

Me parece que lo que se dijo tiene que ver con “incorporar”, que en este caso, significa hacer que una persona pase a hacer parte de las filas de las Farc. Y,  que “en adelante” implica tiempo futuro. Y, que “menores de 17 años” significa menores de edad. Aparte desconocer lo que establece la ley colombiana  respecto de la mayoría de edad, 18 años, cabe preguntar ¿en verdad, en qué va el proceso de paz? Porque no hay consistencia entre las expectativas que hay de tener la paz muy cerca y las que crean los anuncios de las Farc. Que de acuerdo con la afirmación de Luciano Marín, el futuro lo que nos depara es unas filas de guerrilleros más grandes, léase robustecidas militarmente, y más adultas. Sin menores de edad “Farc”. O sea, menores de 17 años de edad.

La reacción natural que esperábamos del Gobierno era no aceptar ese anuncio. Exigir la liberación inmediata de los menores de 18 años de edad en poder de las Farc y exigir el desmonte de todas las filas. Pero no. El Gobierno, se fue por las ramas. Tal vez prefirió hacerse el loco y en su respuesta dijo: “seguiremos insistiendo en la necesidad de aplicar los criterios y normas internacionales hoy vigentes de manera casi universal que fijan en 18 años de edad la edad para la mayoría”.  ¿Qué significa eso? ¿Luz verde para que sigan reclutando? Ilógico si en verdad se anuncia la paz.

 

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Mientras los soldados brillan sus insignias y lustran sus botas ¡horas! en espera de su superior resulta inaceptable que un viceministro de Trabajo llegue a la posesión ante el Presidente de la República vestido como un payaso. Ojalá para la firma de la paz no le lleguen en botas y fusil.

@ReyesJuanfelipe