El bosón de Higgs y la fritanga
El centro de investigación científica más grande del mundo, Organización Europea para la Investigación Nuclear, comúnmente conocido como CERN, anunció el 4 de julio pasado la observación de la nueva partícula “el bosón de Higgs”, hecho que me recuerda la primera página de la novela de Dan Brown, Angels&Demons, en la cual se escribe como “hecho” el descubrimiento de las primeras partículas de antimateria, o sea la materia compuesta de antipartículas o mejor, lo que en el mundo de las ideas y de la filosofía de Kant o Platón equivaldría a el Noúmeno: es decir, lo contrario a lo aparente: el fenómeno.
Dicho descubrimiento ayudará a saber de qué esta hecho el universo y cómo funciona, claro esta: el universo.
Qué estaba pasando por esos mismo días en otro universo paralelo: una comida “tradicional”, muy bogotana y de hecho definida en el “Bogotálogo” (Diccionario de usos, desusos y abusos del Español hablado en Bogotá por Andrés Felipe Ospina) como: “Condumio hipergraso elaborado a partir de diversos productos farináceos y cárnicos, cuya presencia ha venido deleitando los paladares bogotanos desde tiempos remotos”, volvía a ser recordado como nunca antes lo había sido este eximio plato, pero no desde el punto de vista gastronómico: se había capturado a un presunto narcotraficante cuyo apodo era dicho plato típico.
En nuestro universo paralelo, en donde convive la materia y la antimateria (cuyo contacto desde el punto de vista científico genera la aniquilación mutua), nos preocupábamos del fenómeno: ¿quién pudo haber sido capturado por la lente de una cámara en dicho guateque? ¿Qué opina el gran legista Abelardo? Y por supuesto del noúmeno: a cargo de las autoridades quienes lo convertirán en algún momento en fenómeno.
Todas estas, sin duda alguna cuestiones fundamentales que hacen visceral la necesidad de poner a disposición del CERN nuestra esencia, nuestra composición, nuestra naturaleza, tal vez descomponiéndola hasta su último electrón, protón, bosón, fotón y todos sus antis, podríamos realmente llegar a pertenecer a otro universo y así salir de estas micropartículas que solo nos permiten emitir micro pensamientos y algunos micro hechos, por supuesto totalmente irrelevantes para el universo.