La Conferencia de las Farc | El Nuevo Siglo
Miércoles, 21 de Septiembre de 2016

Desde  hace cincuenta y dos años, la mayoría de los colombianos hemos soñado que el conflicto armado colombiano se dé por terminado y hoy por fin vemos que hay una posible solución a través de la negociación política. Para ello se requirió ingenio en las fórmulas de solución, sobre todo en el campo judicial y la incorporación a la vida democrática. Por eso, lo que podemos llegar a ver es un escenario donde no haya vencedores ni vencidos pero si un solo y gran triunfador que se llama Colombia.

Para cuando lean esta columna, se encontrará en pleno desarrollo la X Conferencia de las Farc-EP, a la cual asistirá la máxima instancia de esta organización a dar su aprobación o refrendación a los acuerdos de La Habana.  Con esta Conferencia se da un paso muy importante para que el Estado recupere el monopolio de las armas y por tanto cese el conflicto armado con las Farc, que tantos muertos y heridos han causado. Así mismo veremos al interior de este grupo la generación de un escenario para la discusión y reflexión de estrategias no para debilitar o afectar el Estado, sino para construir democráticamente al interior del mismo.  

Y son estas precisamente las grandes noticias que esperamos ver cómo resultado final de esta Conferencia:   Una voluntad clara e inequívoca de abandonar las armas y la determinación inmodificable de formar parte de la política desde y dentro del Estado Democrático de Derecho  y no al margen de éste.  Solo así podremos aceptar que vale la pena tragarnos los sapos grandes y dolorosos que implica cualquier negociación política.  Solo así podremos aspirar a un mejor futuro, donde no se vuelvan a repetir los más de 36.000 muertos que se presentaron en algunos años, en gran porcentaje por el conflicto armado, pero todos como resultado de la cultura de la violencia que se ha venido dando. Solo así podremos aspirar a superar tantos años de violencia y poder así dedicarnos a construir la paz en ambiente de participación política, democrática y sin armas.

Claro está que falta seguir trabajando para lograr que los fusiles del ELN hagan silencio y sus gentes entren al Estado de Derecho para tener una paz integral.  Así mismo falta lo más difícil, que es la implementación de los acuerdos, para lo cual se necesita del concurso de todos los colombianos.  Pero por lo pronto esperemos escuchar las conclusiones de la Conferencia de las Farc y veamos en ellas la base del comienzo de un ejercicio democrático inclusivo.  Ya en la instalación, el país escuchó por parte del jefe de esa organización un discurso político de ideas y proyectos que se diferencia y distancia del pasado, donde reinaba el ingrediente de lucha armada.  Ojalá las conclusiones de la Conferencia tengan el mismo talante y así se dé comienzo a un camino diferente de hacer política en el país.