La credibilidad | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Febrero de 2023

La palabra credibilidad viene del latín credibilis y significa “cualidad de que se puede creer”. Por eso credibilidad según la RAE significa “cualidad de creíble”. Se relaciona también con la palabra crédito del latín credere que no significa otra cosa que creer.

La credibilidad implica confianza y de ahí se deriva también la palabra crédito como un préstamo de dinero de un banco a una persona en la que creen y confían en que lo pagará. Si no creen ni confían en esa persona o le prestan y no paga pues jamás le otorgarán un crédito. En pocas palabras no es confiable.

Y esto no tiene nada que ver con ideologías. No importa si son de derecha o de izquierda o de centro. Cuando un gobierno, una empresa o una persona no tiene esa cualidad “de que se le pueda creer” ahí ya no hay nada.

Eso le pasa al gobierno y a su ministra de minas (transversal a min salud, defensa, justicia) quien debe irse del gobierno, pero antes debe responder -como lo he dicho en otras columnas- por el daño antijurídico que le ha causado a la industria del petróleo y gas como consecuencia de su absoluta falta de seriedad y credibilidad. Debe abstenerse de seguir destruyendo los intereses de los colombianos.  

Sus reiteradas inconsistencias e informes sin sustento y que rayan en el código penal y que dan pie para que el gobierno dolosamente fundamente la política energética de Colombia basado en informes falsos no puede pasar sin consecuencias legales. No fue un error aritmético...

¿Qué le deberán a la activista ahora ministra?

Si la falsedad escondida bajo el eufemismo de error aritmético lo hace en su propio negocio y no se lleva por delante nada más que su propia reputación no pasa nada.  Nadie los va a llamar ni a tener en cuenta para nada. Pero la cosa queda ahí…

Pero cuando la falsedad escondida bajo el eufemismo de error aritmético afecta a todo un conglomerado social, a todo un país y se lleva por delante los intereses de millones de personas la cosa es muy seria…

En este caso que se lleva por delante los intereses de millones debe responder penal, política, económica y socialmente.

La credibilidad en Colombia se acabó. Y les apuesto que no pasa nada. El actual congreso de Colombia, salvo unos pocos congresistas, también carece de credibilidad, seriedad y confianza.

¿Qué hacemos? ¿En el nombre de la democracia tenemos que esperar a la destrucción total de todo lo construido? Hasta que usted que me lee pierda su negocio porque ya no es que no crean en usted así usted sea perfecto. Es que gracias a personajes siniestros como la ministra de minas y otros de sus colegas ya no creen ni confían en Colombia. Se acabó la “confianza país”. Es decir que el mundo no cree ni confía en nada ni en nadie en este país. ¿Esto les parece justo a los señores del gobierno? ¿Si habrán tenido empresa propia?

juanfelipereyes@hotmail.com