Ante algunas palabras coloquiales del Papa Francisco, en referencia a los términos usados en la advertencia a la iglesia de cuidar el ingreso de los homosexuales a los seminarios; así mismo cuando él se excusa de juzgarlos y algunos otros calificativos como de chismosas a las mujeres, entonces, estas palabras del lenguaje popular, llaman la atención de las personas, es el caso de un gran amigo cristiano evangélico y lector de mis artículos, que me ha increpado preguntándome: ¿Dónde está la infalibilidad del Papa?, es decir que se equivoca.
Bueno, pensándolo bien he querido hacer este articulo para que no se llame a falta entre el lenguaje que puede utilizar trivialmente el Papa, desde luego sin intención de hacer daño, sino más bien movido por una formación de pastor de barrio de muchos años, donde su contacto con la gente del pueblo lo llevaba a hacerse entender con palabras un poco prosaicas, pero que de ninguna manera el Pontífice se está saliendo de doctrina, pues la inefabilidad es un dogma de la Iglesia Católica definido en el Concilio Vaticano I en 1870, como tampoco lo ha hecho ninguno de los 266 papas que ha tenido la iglesia.
Para hacer más claridad, el Papa no puede equivocarse doctrinalmente y esto es lo que se definió como dogma, cuando en sus enseñanzas sobre fe y moral que se expresan en los documentos oficiales vaticanos, el Papa se pronuncia asistido por el Espíritu Santo, por lo tanto, no lo puede llamar a error, por eso se considera infalible, lo cual indica que el Papa en estos asuntos no puede cometer errores, reafirmo.
Ahora bien, el Papa puede referirse a asuntos sociales, políticos, militares o económicos, lo cual no son temas de fe y doctrina, puede que cierta posición que tome no se encuentre de acuerdo con algunas personas y esto es válido, pero nada tienen que ver con la infalibilidad del Pontífice. Si algún Papa llegara a tener la intención de imponer una falsa doctrina o un enfoque que contradijera alguno de los dogmas de la iglesia, el Espíritu Santo invocado por medio de la oración a la que el sacerdote está llamado lo inspiraría, previniéndolo.
Durante los más de dos mil años de presencia de la iglesia, no ha existido Papa alguno que lo haya hecho. No obstante que unos si han tenido serios cuestionamientos de comportamiento y disciplina, de preferencias políticas, errores humanos, expresiones equivocadas, pero reitero jamás en contra de la fe y la doctrina. Por lo tanto, el Papa si es infalible, más no perfecto. Es humano como cualquiera de nosotros y como humanos erramos.