Ridícula e inútil, por decir lo menos, resultó la visita de Harry y Meghan. Una pareja irreal y sin reino. Pueden conservar los títulos, pero en la práctica, tiene más poder e influencia el principito sobre el asteroide B-612 que estos dos irreales.
Pero estuvieron de buenas y lograron que los escucharan en Colombia. Uno de los pocos países que aún no se ha enterado de que los irreales solo van adónde les paguen y les ofrezcan pasar sabroso, como efectivamente pasaron. Tal vez Colombia encontró semejanzas con la pareja irreal en que vivimos en una irrealidad que nos está costando muy caro. Como la de apagar la economía para salvar la especie humana. Tesis que ya afectó hasta al sindicato de la USO quien exige al gobierno reactivar la exploración de hidrocarburos inmediatamente o se acaba la empresa más productiva de los colombianos, Ecopetrol. Irrealidades de esa naturaleza…
Aunque digan que no… y le creo mucho más a The Sun que a la dirección financiera del ministerio de cultura, la visita de la pareja irreal nos costó a los colombianos 8.000 millones de pesos.
Tan no representaban a nadie que, según una fuente muy confiable, ni siquiera el embajador del Reino Unido en Colombia fue consultado sobre esta visita. De hecho, les molestó mucho este episodio. También estuvieron en Cartagena, pero al alcalde de Cartagena ni le contaron ni lo invitaron. Ni hablar del gobernador de Bolívar.
¿Será que este gobierno solo trabaja por los intereses de radicales fanáticos? O peor aún, ¿solo trabajan para quienes trabajan para ellos, no aceptan diferencias y no trabajan para todos los colombianos?...
Realmente nadie entiende la relación de causalidad entre estar viendo Netflix y terminar pagando miles de millones para tener una pareja irreal a todo taco en Colombia. Eso era lo mismo que hacía Pablo Escobar. Sus hijos veían El Chavo del 8 y traía a todo el elenco a un espectáculo privado. Y así dicen las malas lenguas que pasó con numerosos artistas que desfilaron por las fincas del patrón.
La visita irreal solo hizo realidad los sueños de muchos funcionarios públicos con nuestra plata. ¿Con qué cara nos amenazan con otra reforma tributaria? ¿No es suficiente la pandemia, guerras y ahora una política de decrecimiento puro y duro? ¿No se dan cuenta que vamos muy mal o ese es el propósito?
Todo este episodio parece la película colombiana “El Embajador de la India”. En la que un don nadie se hace pasar por embajador de la India y recibe innumerables e inmerecidas atenciones y logró engañar al pueblo.
Piers Morgan, destrozó la visita llamándola falsa e hipócrita, “The fake royal tour”. Qué vergüenza y que mala prensa para Colombia quien necesita es enviar un mensaje al mundo de seriedad, confiabilidad y seguridad. No de payasadas…
¿Qué nos quedó de la visita a los capuchinos, los cafés con leche, las leches enteras y a los chocolates?
Sin plata o con plata, es inaceptable el derroche en este tipo de excentricidades al mejor estilo Escobar…
Juanfelipereyes@hotmail.com