Lorena Rubiano Fajardo | El Nuevo Siglo
Lunes, 26 de Enero de 2015

 

“Inculcar amor por la naturaleza desde la niñez”

UN PROYECTO

Protección de la fauna

Epígrafe

“Tierra, aire, agua, fuego: principios de la vida… Biodiversidad: principio de la riqueza de la vida”.

Karla Sanabria

En  buena hora, con buenas intenciones, en  defensa de nuestra fauna, la senadora Nadia Blel Scaff, ha anunciado la presentación de un proyecto de ley que establezca “una legislación firme  contra el maltrato animal y que garantice su protección integral".

Dice la legisladora en su exposición de motivos que: "No podemos permitir como sociedad que estos casos de agresión queden en simples denuncias en medios de comunicación o la indignación de los ciudadanos en las redes sociales. Hay que fortalecer la ley para castigar con sanciones  fuertes y  reales a quienes maltraten a los animales". El proyecto, además de las sanciones propone una amplia campaña pedagógica en los centros educativos, porque es desde  la niñez en donde se deben inculcar esos valores y amores por nuestra naturaleza y reconozcamos que a los  colombianos nos falta mucha, muchísima conciencia ambiental, y mucho más a las paquidérmicas CAR  y a las ONG creadas para proteger el ecosistema y lo único que hacen es lucrarse avalando proyectos claramente antiecológicos.

Cuando la iniciativa se convierta en ley se iniciará el camino para crear un grupo de normas que permitan que en Colombia  exista "Una política transversal  de protección animal que garantice el cuidado, refugio y alimentación de estos como una responsabilidad colectiva", afirma la senadora Nadia Blel. Lo que no se puede hacer es multar a un campesino que tiene un loro en la casa, como hicieron con Sandra Morelli que por tener una guacamaya, le quisieron imponer una multa de 58 millones, esos exabruptos y leguleyadas no sirven para nada, lo que hay que impedir es  que las multinacionales acaben con la fauna y deforestando el Chocó, Huila, Santander, con hidroeléctricas como la del Quimbo, o la explotación de oro de la Colosa en el Tolima, Coca-Cola que vierte sus desechos al humedal de Fontibón, o la muerte de peces por la construcción de Hidrosogamoso o los carboneros acabando con la bahía de Santa Marta con la anuencia de fundaciones aparentemente ecológicas que avalan esos daños ambientales dando licencias a tutiplén.

Considero que el poseedor de un animal silvestre, ya domesticado que no puede sobrevivir en su hábitat natural, tendrá la obligación de mantenerlo en buenas condiciones higiénico-sanitarias y realizarle los tratamientos preventivos necesarios para preservarle la vida.

lorenarubianof@gmail.com