LORENA RUBIANO FAJARDO | El Nuevo Siglo
Domingo, 18 de Noviembre de 2012

Destroyer Pinzón

 

Epígrafe

 

“¿Qué diferencia hay para los muertos, los huérfanos y los refugiados que la loca destrucción venga bajo el nombre del totalitarismo o el sagrado nombre de la libertad y la democracia?”

 

Mahatma Gandhi

 

La  palabra destrucción, sinónimo de ruina y desastre, es la única que ronda en la cabeza de nuestro ministro de la Defensa Nacional.

¿Por qué no es posible que con imaginación, astucia y en ejercicio de las vías legales y no las de hecho, el Estado respete nuestra Constitución y no emplee métodos siniestros para acabar con lo que ellos autodenominan minería ilegal o criminal? ¿Y quién responde o quién les ayuda a legalizarse a nuestros miles y miles de mineros artesanales?

En un Estado de Derecho, un funcionario de orden administrativo no  puede ordenar a la Policía Nacional, que bien golpeada está, para que como en la revolución mexicana, primero “fusile y después averigüe”, para que destruya y después verifique, de quien es una maquinaria o una explotación minera.

Es obligación lógica que el Estado combata y acabe con el financiamiento de los grupos al margen de la ley a través de la  minería criminal, pero no puede hacerlo por la vías de hecho. En este momento, por el Decreto 2235 de 2012 todos los mineros están sub judices, y quedaron  obligados a demostrar que no son bandidos  y que no han podido tramitar una licencia por desconocimiento o por falta de plata o por no poder venir a Bogotá, como sí lo hacen las grandes y poderosas multinacionales.

La leyes hay que adecuarlas a la realidad nacional, a nuestro querido terruño y no a las legislaciones que. como la de la  Comunidad Andina, autorizan a que con una simple orden administrativa, vayan y bombardeen o incendien una maquinaria, lo cual también atenta contra el medio ambiente, que es otro bien que el Estado debe proteger. Y lloverán las demandas y pleitos contra la Policía Nacional, por destructores y no por constructores.

¿Será posible que esa  maquinaria, que pasa por las barbas de todas las autoridades, antes de llegar a su destino, se entregue en caso de ser decomisada, a los municipios que carecen de esos elementos para sus obras, mientras se define su legalidad?

Nota al margen. Gobierno Nacional: no sea tan arrogante, si las Farc ofrecen una tregua unilateral para que pasemos una Navidad en paz, acéptenla, la guerra nos tiene mamados y no queremos enterrar más compatriotas. 

lorenarubianof@gmail.com