La ola Invernal que ha sacudido a Bogotá y, parte del país, tiene lenguaje propio. Los despojos de obras de construcción, vías destruidas y basuras, luego de lluvias, advierten eventuales tragedias de toda dimensión.
La figura se refleja, una vez, cesan los aguaceros. Esos desechos decoran el abandono en separadores de avenidas y zonas verdes de todos los sectores; el transeúnte a pie o en automotor, atribuye lagunas en calles, a estado de vías y alcantarillas tapadas.
No son los únicos culpables; el desgreño tiene barreras que pueden convertirse en sitios de choques y trancones, por descuido en remoción de pesados despojos, tras erradicar garajes que, funcionaron en lotes que, hoy son avenidas.
Los periodos de sol iluminan los sobrantes bajo puentes vehiculares y peatonales, en los que reposan hace meses bolsas con cemento, lanzadas por comercio callejero, y, desde locales abiertos al público.
Pedazos de tejas, estructuras de madera, tapas de alcantarillas, partes de armarios metálicos, utilizados en otras épocas para instalaciones telefónicas en las calles, están junto con bloques y cables de energía abandonados.
Ingenieros en construcción y reparación advierten la necesidad urgente de un despeje masivo, por cuanto los pisos bajo puentes y, zonas laterales a vías, profundizan más su nivel, por la humedad que acelera derrumbes.
Buena parte del abandonado está en tramos de la autopista Norte, desde las calles, 134, 140, 153, y 170, hasta metros antes de ingresar a la ampliación que se adelanta desde los cementerios, en igual sentido.
Así se establece que el descuido está en el acelerado barrido de calles y recolección de desechos que, no mira zonas verdes alrededor de cruces viales, bajo puentes y desorden en obras de acueducto.
Una labor que debe tener urgente intervención es el ingreso y salida, a La Calera, ante crecida dependencia con la actividad del Distrito Capital.
Otras áreas sensibles están en franja oriental de la capital, de sur a norte, toda vez que el elevado ´Cerro del Cable´, ha sido penetrado en años recientes por barrios de invasión.
Igual emergencia implícita hay arriba de la carrera séptima al norte, con la habitación de ´El Codito´ y otros; en terreno montañoso han abierto vías en marcadas pendientes.
Este panorama muestra otro itinerario para el Gobierno de Bogotá con exigencias prioritarias que deberá atender la Alcaldía Mayor y su cuadro asesor con pilas puestas, pero equipos trabajando.
Ingenieros civiles independientes sugieren integrar brigada de prevención y reparación de sectores vulnerables en toda la ciudad; sería tarea para cumplir junto con Cuerpo de Bomberos.
Si los escombros alertan el transitar, también la falta de iluminación en vías de intenso tránsito envuelve la capital en alerta permanente.