LUIS CARLOS PEÑA MOSQUERA | El Nuevo Siglo
Sábado, 29 de Marzo de 2014

Traición a la democracia

 

“La democracia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostienen la igualdad y la libertad”.

Simón Bolívar

Democracia  bendita, te preguntarás por estos días: “¿Qué hice yo para que todos los ciudadanos me atropellen, para que me elogien hipócritamente. Por qué me utilizan para manipular a la justicia, por qué fingen dar un pan con una mano mientras que con la otra dan la bofetada?”.

¡Qué buenos tiempos aquellos en que don Antonio Nariño, el ilustre patriota, llamado con justicia el Precursor de la Independencia, tradujo los Derechos del Hombre y del Ciudadano, derechos que nos liberaron de la esclavitud! Estas nobles acciones le costaron sufrimientos, prisión, pero él se mantuvo firme en sus convicciones como adalid contra la opresión y logró al final dejar como legado a la patria sus ideas libertarias. No obstante en estos tiempos existen otras formas de esclavitud, como la existencia de regímenes autocráticos que sojuzgan a la población, conculcan las libertades individuales y colectivas, la de información, ya que acosan a los medios que cuestionan el sistema. Los gobernantes les aplican la censura o los ahogan con medidas económicas, multas y persecución.

Lo logrado por Nariño fue decisivo en el rescate de nuestra dignidad. La mujer fue ganando el respeto de la sociedad, sus derechos fueron reconocidos para elegir y ser elegida.

Pero con el transcurso del tiempo, el mundo se llenó de creyentes ciegos, sordos y mudos, que son aquellos que se humillan ante los demagogos incendiarios. Y no se trata de retórica; en la vecindad el populismo se ha impuesto y persigue a quienes se oponen a políticas que han generado escasez, inflación y, lo más grave, estimular la lucha de clases y la polarización. Desde luego son problemas internos que los mismos afectados deben enfrentar y resolver.  

Por esto es necesario advertir que es un deber de todo ciudadano escuchar, analizar, no tragar entero, para  recuperar la dignidad, la libertad, teniendo en cuenta la igualdad como hecho generador de la democracia, si no queremos ahogarnos en la dictadura. Es importante estar atentos para no ser sorprendidos y caer en sistemas políticos que son la antípoda del modelo de gobierno representativo, es decir, del libre examen, donde los ciudadanos tienen autonomía y el derecho de elegir y ser elegidos. 

Si no fuere así la democracia preferiría morir con honra, que vivir con vilipendio.