La Organización Mundial de la Salud (OMS), de la cual el presidente Trump retiró en mala hora a los Estados Unidos, ha sido clara en cuanto a los protocolos para prevenir el contagio del Covid-19, los cuales coinciden con las recomendaciones de Mahoma, fundador del Islam, quien hace mil trescientos años las comunicó a sus correligionarios en caso de una pandemia.
En la revista Newsweek, el profesor Craig Coinsidine del Departamento de Sociología de la Universidad de Rice, recuerda sus palabras: “Si te enteras de un brote de peste en una tierra no entres en ella; pero si la plaga brota en el lugar donde estés, no abandones ese lugar. Las personas con enfermedades contagiosas deben mantenerse alejadas de las personas sanas. Lávate las manos cuando despiertes, no sabes donde han estado mientras duermes.” Anota que el profeta sugería hacer uso de los tratamientos médicos y repite la historia contada por el erudito persa del siglo IX Altimidji: Un día Mahoma notó que un beduino dejaba su camello sin atarlo a un árbol quién le explicó que confiaba en Dios, entonces el profeta dijo: “Ata a tu camello primero y luego confía en Dios.”
De manera que los musulmanes en el siglo XXI siguen los consejos de Mahoma, de la OMS, incluidos los terroristas del Estado Islámico, de Isis, que han impartido instrucciones para que los integrantes de sus células en Europa se protejan y, por ahora, no efectúen ataques contra los enemigos de Alá. Los críticos de los gobiernos adversos a las cuarentenas, amigos de reuniones festivas clandestinas, de incumplir las advertencias de las autoridades tendientes a no contagiar ni contagiarse, sea cual fuere su religión, es prudente que revisen la historia con el objetivo de comprender cómo a pesar de los millones de víctimas de virus letales la humanidad ha logrado sobrevivir.
Conviene recordar lo anterior cuando muchos violan en forma descarada las instrucciones impartidas para enfrentar el Covid-19, poniéndose en peligro y afectando a los demás.