MARÍA ANDREA NIETO ROMERO | El Nuevo Siglo
Domingo, 6 de Noviembre de 2011

Ay, ganó Petro

Después  de una semana de ganadas las elecciones por Gustavo Petro en Bogotá, la mayoría de columnistas de los distintos periódicos y revistas quedaron aburridos con los resultados y no es para menos. La realidad bogotana es que el modelo de ciudad que esperamos los bogotanos seguía la línea propuesta por los candidatos de centro-derecha. Muchos analistas responsabilizan a Parody y a Galán por no haber depuesto su aspiración para evitar el triunfo del nuevo alcalde. La verdad es que no creo que haya sido cuestión de ego, sino más bien de bolsillo, porque todos recibirán un reembolso por parte del Estado de acuerdo con el número de votos obtenidos. Y tienen derecho a recuperar algo de la inversión realizada.
Ahora bien, el nuevo alcalde habla de una política de amor y su discurso fue analizado por muchos como de presidenciable. Difiero de todos ellos, porque hasta la fecha solamente un ex alcalde ha logrado ser presidente de Colombia, desde que existe a elección popular de alcaldes. En ese entonces Andrés Pastrana rigió los designios de la ciudad por tan solo dos años y el período de gobierno ha venido creciendo, lo cual hace que las posibilidades de desgaste y aburrimiento sean mayores.
En mi caso particular estoy aburrida de perder elecciones. Desde hace mucho tiempo estoy votando por candidatos/as que no son elegidos y el guayabo electoral del día siguiente es muy grande. Me aburrí de perder y de sentir esa preocupación agobiante acerca del futuro del país y ahora de la ciudad. Me preocupa Bogotá como a muchas personas que conozco. Ojalá que Petro haga una buena alcaldía por el bien de la capital,  ojalá que la ambición por ser Presidente lo obsesione por hacer una administración intachable, eficiente, urbanística e inmejorable. Pero lo dudo mucho y espero estar equivocada.
El triunfo de Petro, además, es contradictorio. ¿Por qué el coronel Plazas y otros tantos, están en la cárcel por los hechos ocurridos en el Palacio de Justicia y Petro es ahora alcalde electo de Bogotá? ¿No será que nos llegó la hora de reevaluar los procesos de perdón para los militares y policías? Porque la verdad es que la guerra despierta los peores sentimientos y genera las más degradantes conductas, pero si estamos dispuestos a perdonar a los terroristas del ayer y elegirlos, ¿por qué no hacer lo mismo con los militares y policías?
En fin, el triunfo de Gustavo Petro deja mucho para pensar y mucho qué desear.