MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Martes, 25 de Septiembre de 2012

Una campaña “sin ángel”

La campaña presidencial de Mitt Romney, perdió su “ángel” o, quizá, nunca lo tuvo. Tener “ángel” es ser cautivador, atractivo, amable, interesante, en otras palabras, encantar y convencer.

Ronald Reagan, John Kennedy, tenían ángel; Bill Clinton tiene ángel, pero esta cualidad, tan difícil de improvisar y tan buscada por los políticos, ha eludido completamente a la campaña del republicano.

¿Cómo más se puede explicar que una campaña presidencial, que debería ir viento en popa, punteando en las encuestas, no parece levantar cabeza y se encuentra perdiendo terreno día a día?

Todo lo que esta sucediendo por estos días en los Estados Unidos debería ser suficiente para que los votantes consideraran a Romney como un mejor candidato que el presidente Barack Obama.

Obama ha tenido cuatro años para mejorar la economía, ha gastado billones en estímulos económicos, ha hecho toda clase de promesas y ha culpado a la última administración de todos los males posibles; sin embargo, la economía no ha mejorado, la deuda del país ha aumentado peligrosamente. Estados Unidos perdió su clasificación triple AAA. No ha aumentado el empleo; peor aún, todos los días aumentan los despidos masivos, como los anunciados por el Bank of America y American Airlines.

La violencia anti americana ocurrida en Oriente, después de la presentación de un ofensivo cortometraje contra Mahoma, ha demostrado el poco respeto y liderazgo que inspira Obama internacionalmente. Algo parecido a lo que pasó durante el gobierno de Carter.

Su respuesta a las asonadas contra sus embajadas ha sido confusa, sin “garra”. Después del asesinato del embajador estadounidense en Libia, Obama solo atinó a decir que trabajaría con ese gobierno para encontrar a los culpables. Qué falta de información, ¿no sabe Obama que en Libia escasamente hay gobierno y que los guardas asignados al embajador fueron los primeros en abandonar sus puestos?

El mismo embajador había advertido sobre los peligros existentes en su contra y el aumento de la presencia de Al Qaeda en el área, pero sus palabras cayeron en los oídos sordos de la administración Obama.

Otras promesas de Obama jamás se cumplieron. No cerró la cárcel de Guantánamo. Lo peor, no realizó la reforma migratoria ofrecida a los hispanos. Al contrario, su gobierno se dedicó a deportar indocumentados en el más alto número en la historia estadounidense.

Nada de esto ha sido capitalizado por Romney. Cada vez que el candidato republicano habla, la prensa liberal lo ataca. Aunque lo que diga sea cierto, Romney es malinterpretado y criticado hasta la saciedad por los medios más poderosos del país, en su mayoría liberales e incondicionales de Obama.

La imparcialidad de los medios dejó de existir en esta campaña, como en ninguna otra.

Si Romney rápidamente no encuentra su “ángel” y capitaliza en esa capacidad de triunfar y dirigir demostrada en su vida, EE.UU. tendrá 4 años más del mediocre gobierno de Obama.