MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Enero de 2014

El machismo francés

 

Mucho se habla del machismo de los latinoamericanos, de ese que se alaba en algunas rancheras mexicanas, de ese bien identificado, fácil de ver y condenar, pero el cual, difícilmente se castiga. El mismo machismo practicado impunemente contra las mujeres de la India y de los países musulmanes, ese que los “bien machos” ejercen usando la fuerza, a plena luz del día y contra el cual no hay leyes y, aun si las hay, no se aplican.

Pero, ¿quién habla del otro machismo? Del sutil, del camuflado, que se oculta tras eufemismos difíciles de desenmascarar  y,  sin embargo,  puede ser tan hiriente y destructivo como el ejercido a golpes y abuso físico. Hablo del machismo practicado en las altas esferas europeas, por los dueños del poder, el dinero y el prestigio, de esa olla podrida, que pocos se atreven a condenar, de ese sofisticado machismo, muy al estilo francés, de que hacen gala los líderes europeos.

Los amoríos, recientemente destapados, de François Hollande, presidente de Francia, se presentan como algo privado que no se debe discutir, ni mucho menos condenar en público. Es esa la tradición gala. Finalmente, no es este el primer mandatario de esa nación que traiciona a su mujer. Al contrario, traicionar o engañar a la mujer es casi una tradición de los presidentes y los hombres poderosos de Francia; recordemos las aventuras extramatrimoniales de François Mitterrand, quien mantuvo dos hogares paralelos por más de veinte años, o las “escapadas” de Valéry Giscard d’Estaing, o las acusaciones de abuso sexual, contra Dominique Strauss-Khan, que destaparon su afición al sexo con violencia y con quien fuera.  

¿Ustedes, realmente creen que esto no es otra forma de machismo? ¿Ustedes creen que las mujeres de estos hombres, por más cultas e independientes que sean, no se sienten maltratadas y humilladas por ellos? Ahí tenemos a Vallérie Trierweiler, la compañera de Hollande, recluida en una clínica en estado de shock. Tan lastimada, como si su hombre la hubiera cogido a golpes.

Si estos hombres no son capaces de ser fieles o de mantener sus braguetas cerradas, ¿por qué, simplemente no reconocen que la monogamia no funciona? Que es un invento fallido. Se critica la poligamia musulmana, pero, por lo visto en Occidente, comenzando por los líderes, muchos la practican sin vergüenza. Ahí tenemos los escándalos de Berlusconi en Italia y las grotescas aventurillas del rey Juan Carlos de España ¡pobre reina! Eso, por mencionar a unos pocos de los que ejercen esta forma de machismo descaradamente.

¿Ustedes realmente no creen que estos hombres estén actuando como machos consumados? Ejerciendo el poder y el derecho que ellos aseguran les dan su hormonas.

Hollande prometió, llevar una vida ejemplar en lo público y en lo privado. Ejemplo de qué, ¿de machismo, deshonestidad y promiscuidad?

Les aseguro, se lastima tanto a la mujer cuando se la golpea, como cuando se la traiciona; y si no creen, hablen con una que haya sido traicionada. El machismo tiene muchas caras. Ya es hora que la sociedad francesa y europea se quite la macara y lo reconozca.