María Clara Ospina | El Nuevo Siglo
Miércoles, 28 de Enero de 2015

Tres valerosos expresidentes

 

Tres expresidentes latinoamericanos, Sebastián Piñera, de Chile, Felipe Calderón, de México y Andrés Pastrana, de Colombia, han resuelto romper el círculo de indiferencia y abandono en que se encuentran los opositores al régimen de Maduro.

Piñera, Calderón y Pastrana fueron a Venezuela a entrevistarse con  víctimas y  familiares de la represión del gobierno chavista, a asistir como invitados especiales de la valerosa Maria Corina Machado, al foro “El poder ciudadano y la democracia de hoy” y a visitar en la cárcel de Ramo Verde a Leopoldo López, líder de la oposición encarcelado arbitrariamente desde febrero del 2014.

Los expresidentes han visto, con sus propios ojos, lo que está ocurriendo en Venezuela, el desconcierto económico causado por la indetenible inflación, la agobiadora escasez de productos básicos, el miedo a la delincuencia común,  disparada en el país, y a las milicias armadas del chavismo que todo lo espían y delatan, capaces de amenazar y cometer crímenes impunemente, como ya se ha visto. Estos tres líderes son testigos de primera mano de lo que está ocurriendo en Venezuela, algo bien distinto a verlo desde lejos.

 Ya era hora de que quienes creen en la democracia se manifestaran y dieran su apoyo a los que se juegan su libertad y hasta la  vida en defensa de sus derechos y libertades, por la defensa de su patria. Había que terminar con la indiferencia hacia el pueblo venezolano, abandonado a su suerte, a manos de un gobierno corrupto, que ha perdido todo contacto con la realidad, que miente descaradamente, que no tiene ni idea de cómo salir de hueco donde se ha metido y ha arrastrado al país.

La cobardía de los demócratas del continente, de organismos como la OEA, creada precisamente para velar por la democracia, ha sido vergonzosa. El silencio de otros gobiernos, que por haber sido amigos de Hugo Chávez o, considerarse socialistas del siglo XXI, han volteado su espalda al sufrimiento y ruina de un país hermano, va más allá de ser condenable, es aberrante. La indiferencia de gobiernos, como el de Juan Manuel Santos en Colombia, que se precian de ser grandes demócratas y, sin embargo, se hacen los sordos, ciegos y mudos sobre la violación de todos los derechos democráticos de los venezolanos, es despreciable.

Así que esta valerosa visita de Piñera, Calderón y Pastrana marca un importante momento en Latinoamérica.   

 Claro, Maduro no ha demorado en venirse lanza en ristre contra los expresidentes. ¿Y cómo no? Si todo lo que le queda a este hombre es su labia, repetitiva, cruda, absurda. Ya todos nos sabemos de memoria su discurso, sus inventos y mentiras. El mundo ya conoce su arsenal de amenazas e inventos de conflagraciones internacionales en su contra, virus transportados desde Estados Unidos para matarlo, alianzas de los poderosos para arruinar el país y acabar con el suministro de alimentos, hasta para bajar el precio de petróleo; en fin, toda clase de horrores.

Bien por los expresidentes, Pastrana, Piñera y Calderón. Maduro puede rabiar todo lo que quiera e inventar toda clase de acusaciones en su contra. Nadie sensato las cree. Bienvenido el valor de estos tres hombres.