MARÍA CLARA OSPINA | El Nuevo Siglo
Miércoles, 25 de Julio de 2012

Las Farc muertas de risa

 

Creo que nada puede causarles más felicidad a las Farc que ver a unos soldados apaleados, arrastrados y humillados, sin poder defenderse. Esas lágrimas del sargento Rodrigo García, que todos vimos y que nos dolieron tanto, para los terroristas tienen que haber sido motivo de gran gozo.

Esta confrontación de los pueblos indígenas con el Gobierno, la cual tiene un indeleble tufillo de estar sido manipulada por intereses enemigos de la democracia y que, sin lugar a dudas, se ha venido cocinando de tiempo atrás, es a pedir de bocas de la guerrilla. ¿O no? Divide y vencerás.

Con esto las Farc están logrando lo que por décadas no lograron con sus asonadas, secuestros y crímenes. El enfrentamiento de dos sectores colombianos, los indígenas y el Gobierno, quienes hoy, en vez de ser colaboradores y amigos, se están convirtiendo en enemigos acérrimos.

Este enfrentamiento favorece inmensamente a los terroristas. Con lo ocurrido se ha demostrado que en los pueblos más pobres y aislados del territorio nacional existe un gran descontento y desconfianza contra el Gobierno.

En muchos casos estos sentimientos son justificados. De tiempo atrás el Gobierno no ha estado presente, no se ha generado “el soldado amigo”, ni los puestos de salud eficientes y modernos, ni las escuelas, ni opciones reales para el progreso. En estos territorios lo único que da platica para subsistir son los sembrados de coca o marihuana, cosechas que las Farc compran y bien pagan.

Pero aquí no quedan los motivos de satisfacción que han tenido las Farc en estas semanas. Lo ocurrido durante la visita del presidente Santos a Toribío fue una debacle mediática para el Gobierno y para el Ejército, y por muy poco pudo haber sido peor.

¿Que tal Santos y su cúpula de gobierno secuestrados? ¿Acaso la Inteligencia militar no sabe qué tanto control de las Farc hay en esta región y que algo así podía pasar?

Para las Farc fue también excelente lo del Tucano caído, o derribado, lo cual no ha sido claramente explicado. ¿Qué pasó? ¿Tienen acaso las Farc capacidad para derribar aviones de combate? ¡Ellos, felices, afirman que sí!

Y cómo habrán gozado los alzados en armas con el embrollo que se formó con el fracaso de la Reforma a la Justicia, y con el consecutivo desprestigio en que han caído el Congreso, el Presidente y sus ministros.

Debilitar a las instituciones es una de las metas de la guerrilla, pero estas lo están haciendo por sí mismas, sin la intervención de los criminales.

Definitivamente, las Farc deben estar muertas de risa.

Coletilla. ¿Qué está haciendo el exjuez Baltasar Garzón metido como mediador en el Cauca? ¿Es que acaso aún somos colonia española? Yo creo que este “dudoso” personaje debe salir del Cauca. Este es un tema para ser arreglado entre colombianos.