Más de Cuba…segundo acto del final | El Nuevo Siglo
Sábado, 17 de Julio de 2021

Los recientes acontecimientos reportados desde Cuba son muestra de que en efecto, como era de esperarse, el cambio que se produjo con ocasión del VIII Congreso del Partido Comunista que tuvo lugar hace poco, fue visto como oportunidad para profundizar las manifestaciones de descontento con el régimen.

No sólo en términos políticos, sino económicos y de salubridad pública, la situación venía agravándose para el pueblo cubano.  Una caída de más del 11% del PIB, los avasalladores efectos de la pandemia y la transmisión de mando de la dinastía Castro a Díaz-Canel, junto con la existencia de más canales visibilizar el descontento que venía de atrás, fueron la receta que seguramante movió a miles de manifestantes, miembros o no de las disidencias, a pronunciarse activamente contra el régimen.

La respuesta del gobierno cubano no ha sido adecuada. Ya incluso, en el seno del Congreso del Partido se habían creado comisiones encargadas de revisar estos asuntos de los medios que algunos venían utilizando para mostrarle al mundo, en tiempo real, la verdadera situación de los cubanos y que permitían hacer notorio el talante del pueblo, su decisión de abrazar cada vez con mayor fuerza la libertad y los valores que enarbola una democracia y que les han sido esquivos desde hace más de sesenta años cuando la revolución se instaló. 

Así que bloquear esas comunicaciones y “apagar” los medios digitales no es una reacción que sorprenda. En todo caso, estas medidas, acompañadas de mayor represión y trasnochadas acusaciones a terceros países, lo único que producirá, será más malestar y probablemente mayores brotes de violencia y agresión .

Tampoco es motivo de sorpresa ver que a la primera reunión convocada por el presidente Miguel Díaz-Canel, asistió Raúl Castro. La despedida que fue televisada y seguida por muchos durante la transmisión del Congreso del Partido, era tan sólo y si mucho, un “hasta luego”. Fue claro que no se alejaría ni tanto y mucho menos definitivamente del poder. Él lo dijo: “militando como un combatiente revolucionario más, dispuesto a aportar mi modesta contribución hasta el final de la vida. Nada me obliga a esta decisión. Creo fervientemente en la fuerza y el valor del ejemplo y en la comprensión de mis compatriotas; y que nadie lo dude: que mientras viva estaré listo, con el pie en el estirbo para defender a la Patria, a la revolución y al socialismo con más fuerza que nunca. Y tras una demostración de ferviente admiración, con una ovación de parte de los asistentes, invitó a  gritar:”¡Viva Cuba Libre! ¡Viva Fidel! Patria o muerte”.

Lo que sí debe ser objeto de observación y reflexión son esas manifestaciones del hasta ahora gobierno en Cuba, en el sentido de seguir afirmando que la Isla continuará teniendo como ejemplo las experiencias de China y Vietnam y siendo solidario con la dictadura de Maduro en Venezuela, y con el sandinismo de Nicaragua o, si por el contrario, se verán forzados a considerar al menos un diálogo interno que lleve a unos planteamientos de cambio y que permitan a otros países revisar sus posiciones y políticas exeriores con relación a Cuba.

Este nuevo episodio puede ser visto entonces como un segundo acto del final de la obra. No obstante, es incierto e imposible preveer cuántos más actos habrá, hasta que al final caiga el régimen, se cierre el telón de la revolución y se abra uno nuevo para ver, participar y celebrar de una verdadera transición democrática, que ojalá se irradie a otras naciones del continente.

@cdangond