Monseñor Libardo Ramírez Gómez* | El Nuevo Siglo
Domingo, 1 de Febrero de 2015

SABIA MEDIDA

 En su justo medio

 

”LA  virtud está en el medio, o “in medio virtus”, como dijeran los latinos. Expresión que es sabia medida cuando aparecen contradictorias opiniones, o ubicaciones ante temas discutidos. Se aspira a tener siempre totalmente la razón, y no ceder nada ante el contrincante. Algo con referencia a lo anterior está sucediendo ante expresiones francas de nuestro actual Papa Francisco, sobre cuyo sentido se quiere tomar posición con interpretaciones a partir del propio pensamiento, sin medir lo que en ellas haya de amable  al propio parecer o a pensamiento distinto.

Tema que requiere gran ponderación es el de la “regulación de la natalidad, sobre el cual reflexionó profundamente el Papa Paulo VI, y expresó cuanto estimó debía decir, en nombre de Dios, en su bien meditada Encíclica Humanae Vitae(25-07-68). Reclamó la autoridad de la Iglesia para dar enseñanza prudente en ese vital aspecto para la convivencia humana. Recibió estudios especiales sobre el tema, bajo el aspecto científico y moral, expresó que se debía mirarlo “a la luz de una visión integral del hombre y de su vocación” (n.7), poniendo de presente profunda respuesta a dos aspectos tan ligados a la realidad de la relación sexual como “el amor conyugal” y “la paternidad responsable”. Estimó el Papa su deber aseverar que “cualquier acto matrimonial debe quedar abierto a transmisión de la vida” (n.10), dando orientación sobre cómo la misma dignidad humana, bien apreciada y apoyada en recursos espirituales que ayuden a ser fieles a este estricto pero sapiente principio.

            El Papa Francisco, al visitar el único país asiático de gran mayoría católica, Filipinas, puso de relieve la generosidad, acorde con los planes divinos, de hogares con buen número de hijos, pero llamó, la atención sobre la paternidad responsable, que reclama de no llenarse incontroladamente de hijos. Es el Papa que ante realidades concretas señala dos aspectos entre los cuales hay que ubicarse en el justo medio. En un sentido y otro hay que evitar exageraciones, y encontramos, así, a los dos pontífices en pleno acuerdo, sin olvidar que el Papa Francisco ha elevado a los altares a su predecesor Paulo VI. No ha enterrado el actual Papa lo enseñado por su antecesor ni ha autorizado métodos anticonceptivos descalificados por éste, pero sí ha destacado la disciplinada regulación de nacimientos según la magistral Humanae Vitae.

En su justo medio hay qué colocar, también, el tema de la adopción de hijos por parejas del mismo sexo, debatido insistentemente, siendo algo que bajo prudente enseñanza es inaceptable por ser básicamente nocivo adoptar en esa realidad antinatural, por inadecuación para la  crianza y desarrollo de un niño. Sin embargo, sin estar cediendo en esa posición, inspirado en principios de orden natural y religioso, cuando se llega al caso de que quien vaya a ser adoptado sea hijo de una de esas personas que viven en esa anormal situación de pareja, aparece esa otra realidad que liga al adoptado con su padre o madre, nexo natural que primaría sobre la posición de rechazo por el hecho de anormalidad en la pareja. Ese hijo al lado de su progenitor o progenitora estaría en situación distinta, con posibilidades de efectos positivos desde ese vínculo natural. Que el Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia mencione esta excepción señalada no es en sí una novedad, ni es ceder en la oposición a la adopción por parejas del mismo sexo. Es ubicarse en el justo medio de un niño.

Qué importante ubicarse en justo medio en temas trascendentales como los comentados y no manipular a la opinión pública colocando en contraste lo enseñado por pontífices u obispos de la Iglesia, cuando en realidad es dar énfasis a aspectos que deben coordinarse  o complementarse en ese magisterio sabio, prudente y benéfico a la humanidad.

monlibardoramirez@hotmail.com

*Presidente del Tribunal Ecco. Nal.