Un amigo mío dice que los burócratas no leen, cuando leen no entienden y, si entienden, les importa un bledo. De eso no escapa el gobierno de Petro.
Hace dos semanas el Canciller anunció nuevas negociaciones con Nicaragua. Como acabábamos de ganar un caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), yo me pregunté aquí sobre qué íbamos a negociar y descarté uno por uno los supuestos posibles, incluidos los derechos de pesca.
Ahora el presidente ha precisado de qué se trata. Dice Semana que se trata de que “sean sólo los integrantes de la comunidad El Raizal los que puedan pescar en las aguas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina”. Parece que entiende que “los raizales” sean naturales de algún lugar de San Andrés. Pero se definen, según dice Wikipedia, como “un grupo étnico afrocaribeño protestante originario del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, perteneciente a Colombia; sus miembros hablan el criollo sanandresano, una lengua criolla basada en el inglés.” Es un pueblo, no un lugar. Ojalá los burócratas estudiaran o pensaran antes de hablar. No sé si la Cancillería tenga algo que ver en esta idea, pero no me sorprendería que sí y que hayan iluminado al presidente.
A riesgo de aburrir a mis lectores, que sí entienden lo que leen, voy a precisar unos conceptos básicos que son necesarios en esta materia y no se pueden ignorar en relaciones internacionales.
Las áreas marinas y submarinas se dividen en aguas interiores, donde se ejerce soberanía, no hay libertad de navegación y se trazan las líneas de base; el mar territorial de 12 millas donde se ejercen derechos soberanos pero hay derecho de paso inocente; la zona contigua por 12 millas adicionales donde no hay soberanía sino derechos policivos, sanitarios, aduaneros y de control de drogas, pero es una zona de mar abierto donde hay libertad de navegación; y las zona económica exclusiva (ZEE) y la plataforma continental submarina de 200 millas contadas desde las líneas de base, donde los derechos de explotación de aguas y subsuelo pertenecen al Estado ribereño. Todo en virtud de normas convencionales o consuetudinarias vigentes internacionalmente. En esas áreas NO existen derechos de pesca para naves de otras nacionalidades diferentes a las del Estado ribereño o a quienes éste otorgue esos derechos.
Las decisiones de la CIJ fijaron los límites del Archipiélago de San Andrés con dos paralelos al norte y al sur y una línea corregida en un meridiano próximo al 82° oeste de Greenwich y determinó que el archipiélago genera áreas marinas y submarinas dentro de esos límites y que la ZEE y la plataforma confluyen con las áreas respectivas generadas por Colombia en el continente. Si bien Colombia perdió unos 75.000 kms2 de mar que consideraba suyos y con ellos unos lugares donde pescaban los raizales, en lo que nos quedó solamente los colombianos, o, si se quiere, sólo los raizales tienen derechos de pesca y no necesitan permiso de nadie para hacerlo. Por supuesto, lo mismo es aplicable para Nicaragua en sus áreas y nuestros raizales no pueden pescar en esas aguas.
Para negociar se necesitan dos, y pedirle a Nicaragua que deje pescar a nuestros raizales en sus aguas a cambio de que ellos puedan pescar en las nuestras carece de sentido porque nuestros cayos y bancos quedan muy lejos de las costas nicas.
Nicaragua batalló durante veinte años en la CIJ por mares y logró 75.000 kms2. Solamente negociaría por más de lo mismo, no por pesca. ¿Será que Petro y el canciller quieren fortalecer a Ortega? ¿O es demagogia?