En España, un grupo de niños (por encima de todo, malas personas) hizo algo que muchos advertimos en su momento. Un grupo de estudiantes cegados por el odio utilizó herramientas de inteligencia artificial para manipular fotos de algunas compañeras del colegio y transformarlas en materia sexual.
Lo peor del caso es que, los estudiantes trataron de extorsionar a sus compañeras para que no difundieran las imágenes falsas. Las fotos tenían un nivel de realismo que asusta. El caso no ha terminado. Las autoridades de España, un país del segundo mundo, están algo desconcertadas porque no saben qué tratamiento darle a todo el asunto.
Infortunadamente, ya está pasando lo que decenas de expertos tecnológicos y muchos humanistas llevan años advirtiendo. Los peligros del a inteligencia artificial en manos de personas inescrupulosas. Ya está pasando. Atrás quedaron las alertas y las advertencias. El mundo se enfrenta a nuevas amenazas sin que haya mayores legislaciones al respecto.
Precisamente, uno de los problemas que están enfrentando las autoridades españolas con este caso, que le está dando la vuelta al mundo, es la falta de regulaciones o leyes para castigar estas prácticas. Los países, la mayoría al menos, no han preparado sus legislaciones para el huracán de la inteligencia artificial. Seguramente, porque todavía subestiman sus alcances.
Pero los casos de manipulación masiva comienzan a volverse tendencia. Hace tres años, conocimos una moda que se llamaba de los ‘deep videos’. Utilizaban la imagen de algún que otro famoso para ponerlo en situaciones obscenas. Como tantas otras tendencias, hubo dos o tres víctimas y todo pareció calmarse. Pero tenía un atenuante.
Hace tres años, no era tan fácil utilizar herramientas para crear videos o fotos falsos y transmitirlos por internet. Ahora, con la inteligencia artificial, con sus aplicaciones, hasta los adolescentes con algo de tiempo pueden crear casi que cualquier tipo de material sin ningún tipo de censura. El panorama es más que sombrío.
Antes, al menos necesitabas algo de conocimiento en programación, mucho tiempo y dedicación. Ahora, basta con descargar la herramienta correcta, dar dos o tres buenos comandos y las propias aplicaciones de IA hacen el resto del trabajo. Repito: panorama sombrío.
Los niños y jóvenes de esta generación tendrán que enfrentar una nueva amenaza. Ahora, además de cargar con el bullying o con el sexting, también les toca cargar con una nueva cruz: la inteligencia artificial en manos de pequeños odiadores y delincuentes. Como si algo le faltará a la generación pandémica.
No está de más hacer un nuevo llamado a las autoridades nacionales. Si no se toman el tiempo de revisar, crear y ajustar las leyes para controlar o al menos medio regular lo que se puede hacer con la inteligencia artificial nos podemos estar enfrentando a una ola de delitos dignas de una película de terror y ciencia ficción. Ya está pasando y todavía estamos subestimando los peligros de la inteligencia artificial.