Olímpicos: ¡Lo malo y lo bueno! | El Nuevo Siglo
Miércoles, 31 de Julio de 2024

Comienzo por lo malo. Francia, un país que se ha destacado en la historia por los grandes aportes culturales y artísticos, como en la moda y la belleza. Presentó en la inauguración de los Juegos Olímpicos un repulsivo espectáculo que ha generado ante la opinión mundial las más acidas críticas y protestas, cuando mezcló en la ceremonia un arrogante episodio de Drag Queen, que a más de ser ofensivo a los miles de millones de cristianos en el mundo, en el que se hace una burla de la Última Cena, representando a Nuestro Señor Jesucristo por un grotesco travesti con barba, sin que ese acto tuviera algún significado  valido en la inauguración del evento tradicional deportivo más importante del planeta.

¿Qué razón tendría la organización olímpica para permitir esa bazofia vulgar y provocadora representación?, pues los católicos y cristianos nos sentimos ofendidos, como también muchas personas de otras confesiones, porque lo sagrado cualquiera que sea su confesión se respeta.

Tratando de entender la motivación de los organizadores de ser inclusivos, ese no era el escenario para algo tan vulgar y desconsiderado. Pero hacer apología de ese grotesco estado con ridículas actuaciones como esa, digna de oscuros bares gay, que le llegaron a miles de millones de personas en el mundo, cuando esa preferencia de género y vida es de una inmensa minoría, por cierto, poco atractiva a la enorme mayoría de la población mundial de todas las razas, edades y condiciones, eso rayaba en el significado deportivo que tenía el acto.

De otra parte, también se vio una representación con más de una decena de ilustres y valiosas mujeres de la historia de Francia, lo cual es válido y conlleva a un reconocimiento mundial de ellas, pero más allá de presentar un hecho histórico, se percibió como un mensaje feminista que no va al caso.

Para terminar la crítica, ese jinete enmascarado paseándose por los bellos lugares históricos de Paris no fue de buen recibo por mucha gente, que no se entendió su participación, además la exhibición del desfile de modas, fue ridícula y distante de la alta costura que ha caracterizado a Paris, adalid del buen gusto y vestir, pues esos mamarrachos exhibidos parecían más bien una pasarela de disfraces y nada que ver con el último grito de la moda parisina.

Ahora lo bueno del certamen inaugural, fueron las luces, la decoración de la ciudad, en especial de la torre Eiffel, la tecnología, el desfile de las delegaciones por el rio Sena, las representaciones lúdicas, los atletas de época portando la llama olímpica, el recorrido del caballo artificial por el rio, las voces de las artistas presentadas, en especial la de Celine Dione y desde luego el pebetero con el globo que abrió el certamen.

De otra parte, en la justa deportiva los escenarios son hermosos y desde luego el inicio de la competencia deportiva con maravillosos atletas participantes de todas las nacionalidades, con excelentes condiciones físicas que animan al mundo con su competencia deportiva.

En general la ciudad Luz desplegó todo su esplendor y el mundo espera que este certamen se desarrolle con los mejores resultados que merece. Lo anterior es lo que he querido expresar como ¡lo malo y lo bueno! de los Juegos Olímpicos de Paris 2024.

arangodiego@hotmail.com