Orlando Cano Vallejo | El Nuevo Siglo
Jueves, 31 de Diciembre de 2015

MIRADOR

Nuevo comienzo

“Se vaticinan días difíciles en el 2016”

 

EL país inicia mañana un nuevo comienzo político y administrativo con la posesión de nuevos mandatarios regionales, quienes deberán ponerle orden al caos de pueblos y ciudades.

Será un nuevo despertar para el rumbo de las regiones colombianas. Un nuevo enfoque para reinventar y repensar los asuntos locales.

Este año viejo se va con los harapos del desprestigio de partidos políticos tradicionales, nuevas colectividades y en general, de su clase dirigente.

Los políticos, salvo excepciones, no logran ser dignos de crédito y comprometen cada año la confianza ciudadana.

Los líderes políticos dedicaron sus energías este año a pelearse con todo lo que fuera diferente a ellos. Prefirieron el camino de las diferencias que el del desarrollo y progreso de la nación.

Alcaldes, gobernadores y concejales, más dedicadas a defenderse, a confirmar su inocencia que a gerenciar y menos a dirigir procesos de cambio y transformación.

Si los caciques o gamonales, los barones políticos gozan de mala fama por no hacer bien su tarea y desatender su compromiso supremo con la comunidad, ¿qué esperar de los mandatarios locales?

Las fiestas de este 31 en todo el país, las celebraciones en familia, la cercanía de familias, la visita a enfermos y presos, el reencuentro con amigos, la despedida del año, no debe llevarnos al olvido total.

Mañana nace un nuevo año y vendrán días difíciles para todos.

El guayabo no puede tardar más de unos días, pues lo que viene no será fácil de asimilar.

Por fortuna, el colombiano se caracteriza por ser optimista y cargado de fe y esperanza. Verdaderos emprendedores, aguantadores y echados para adelante.

Los ojos están puestos en marzo próximo, el mes de la culminación del proceso de paz con la guerrilla de las Farc. Quiera Dios y el pueblo de Colombia que se firme la reconciliación con ese grupo subversivo, se dejen la armas y se reincorporen a la cotidianidad, reparando víctimas y asumiendo culpas y justicia.

Si se logra el fin del conflicto armado con las Farc al cierre del primer trimestre de 2016, vendrá todo un operativo logístico y social para financiar el posconflicto.

Será indispensable que el Gobierno asegure el dinero necesario para atender la demanda de los desmovilizados.

Será entonces cuando sabremos el precio económico y social de la paz.

Para entonces, conoceremos el verdadero sentido y costo de la paz. Una paz que vale billones.