Palacio de Justicia, in memoriam | El Nuevo Siglo
Martes, 10 de Noviembre de 2020

La cita estaba para la mañana del 6 de noviembre de 1985 en la biblioteca del Palacio de Justicia. Debía consultar un caso sobre asuntos electorales como parte de mi trabajo en la clínica jurídica en derecho administrativo. Sin embargo, un percance de salud que aunque no me impedía acudir, sí consideré no me permitiría concentrarme adecuadamente en la lectura de los documentos durante algunas horas; así que estando listo para salir hacia la Plaza de Bolívar cambié el rumbo y me dirigí como todos los días al campus de la Universidad Nacional de Colombia en donde adelantaba estudios en la Facultad de Derecho.

La notica se regó rápidamente por la ciudad universitaria y en un pequeño televisor en la caseta de empanadas cerca de la Facultad de Artes veíamos atónitos las imágenes de la creciente militarización de la Plaza y del cerco al Palacio de Justicia: “el eme se tomó el palacio”, corría la voz. Insólito, y con los primeros disparos dirigidos al edifico de la justicia no se alcanzaba a presagiar lo que sería a las pocas horas el holocausto del Palacio de Justica: uno de los actos de guerra más dolorosos y violentos, cuyo trauma marcó nuestra generación –tristemente no ha sido el único-. Desde ese momento y hasta hoy me acompañan el recuerdo de aquellas horas y de quienes murieron, y el temor sobre lo que hubiera sido de mí si llego a la cita.

Para quienes nos formábamos como abogados en aquellos años turbulentos la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado integrados por admirables magistrados, algunos de ellos nuestros profesores, constituían un referente que alimentaba los debates con su pensamiento y sentencias. Inclusive, muchos de ellos como ejemplo a seguir en una futura carrera judicial. Sin embargo, ese mundo de vida y esperanza en pocas horas desapareció, dejando un vacío doloroso que pronto se llenó con la ausencia.

Incredulidad, indignación, exigencia de responsabilidades, investigaciones, y todo ese protocolo que en Colombia ponemos en marcha después de los dolorosos actos de violencia que no cesan, y con pocos o ningún resultado que nos ayuden a esclarecer y reparar. La justicia como rama del poder público había sido decapitada. Ha sido difícil el camino recorrido desde allí para recuperar su poder, independencia y majestad; es tarea inconclusa y aún amenazada.

Un año después sacamos una revista de estudiantes, y con motivo de la conmemoración del holocausto del Palacio de Justicia redacté una reseña con notas de documentos, periódicos y entrevistas que comienza: “El 6 de noviembre de 1986 la Cámara en pleno citó a los ministros de Gobierno y Defensa con el fin de adelantar el debate sobre el resultado de las investigaciones en torno al trágico episodio del Palacio de Justicia en su primer aniversario. Cabe observar que los ministros citados no son los de entonces y que el debate no arrojó más “claridad” de la ya existente en medio de la bruma del silencio que abraza el enigma de lo que ocurrió en el interior del Palacio, de la Casa de Nariño y del Ejército.”  35 años después las víctimas siguen buscando justicia, verdad y reparación.

@Fer_GuzmanR