Proteger, sin explotar | El Nuevo Siglo
Jueves, 10 de Agosto de 2017

El crecido desplazamiento de venezolanos hacia Colombia supera los cálculos en cuanto al número de personas, tanto como las exigencias que impone la movilización por fronteras establecidas y apartados lugares.

Hacia finales de julio, cifras de -Migración Colombia- establecían en el semestre el  ingreso de cerca de 500 mil de personas, de conformidad con las tarjetas y registros expedidos en Cúcuta y sus puertas fronterizas.

El número de migrantes se disparó, avanzando agosto; el aumentó, se ha producido por zonas no consideradas como áreas de control fronterizo                                              según autoridades y habitantes regionales.

Cubará- Boyacá, en el nororiente, región agrícola y ganadera, casi desconocida como frontera, ha servido de puerta para venezolanos, que han utilizado el río Arauca, ubicado a pocos kilómetros de la localidad en mención.

Otro foco de población, de todas las edades, ha utilizado caminos y aguas   por Vichada y Guainía, a través del rio Orinoco que atraviesa la frontera colombo-venezolana en el oriente.

Hay disposición de  Migración Colombia para ofrecer protección al ingreso, en tanto que el Gobierno Nacional ha reiterado el permitir facilidades de permanencia en el país, mediante amparo expedido con vigencia a tres meses.

La cancillería confirmó que un buen número de migrantes hacen tránsito por Colombia, sin deseo de quedarse, sino de continuar hacia Ecuador y Perú.

Temen reacciones desde Venezuela, contra ellos, por la cercanía con Colombia y, prefieren territorios más lejanos. En ese sentido, hay garantías de transporte hasta fronteras de los países mencionados.

Quedo abierta una veta que reclama, cada vez más, recursos y personal para atender a los migrantes, ante eventualidades por salud, de personas de todas las edades, entre ellos menores de edad.

El colega Orlando Cano Vallejo, columnista de este diario, propuso en estos días, una colecta en pro de los venezolanos, ante los costos que debe asumir el país para protegerlos.

Esta loable iniciativa, coincide con una evaluación de la oficina de Naciones Unidas para Atención Humanitaria, (Acnur) por la necesaria creación de un programa de emergencia, con fondos de la ONU en varias zonas del país.

Es un valioso aporte. Ojalá si se incluye un Fondo, que sea manejado por Naciones Unidas, con experiencia y conocimiento en situaciones de calamidad, en distintos lugares del mundo.

Y debe exigirse que el trabajo para venezolanos cumpla la legislación  para evitar explotación, por incumplimiento de pagos.

Casos se han registrado, especialmente en actividad comercial, según centrales de trabajadores, que han sido consultadas en varias ciudades.                                           

Ojo, el principio humanitario, no excluye legalidad laboral y social.