Los redactores que nos concentramos en temas de tecnología cometemos un grave error: utilizamos expresiones o palabras muy especializadas. Y no tenemos la capacidad de entender que muchos conceptos o muchas definiciones son ajenas para el público menos conocedor.
En esta columna hemos hablado varias veces de la fragmentación del contenido. Un concepto que puede ser complejo de explicar en primera instancia, pero que es sencillo de comprender. Básicamente, los usuarios deben pagar muchas plataformas para poder acceder a películas, series y eventos en vivo: esa es la famosa fragmentación. Muchas plataformas y mucho contenido dividido.
Pero veamos un ejemplo práctico. Si usted es fanático del fútbol debe tener por lo menos tres plataformas diferentes para ver al equipo del que es hincha, a los equipos internacionales en copas como la Champions League y finalmente para ver a la Selección Colombia. Pongamos nombres y apellidos:
Si el usuario quiere ver la Copa Libertadores, la Copa Sudamericana, la Champions League, los partidos del fútbol colombiano y los partidos de la Selección Colombia de manera legal tiene que pagar: suscripción en Star Plus, suscripción en Directv Go, televisión por cable y quizá una antena de TDT para tener los canales abiertos en la mejor definición posible.
Por supuesto, el ejemplo también aplica para las series y las películas. Si alguien en la familia es fanático de Game of Thrones, pero también es amigo de Friends y para completar le gusta Narcos, tiene que pagar por Disney, Max y Netflix. Y entonces, ni hablemos de los que les gusta fútbol y series porque cómo verá tiene que pagar entre tres y seis plataformas para cumplir sus expectativas. Esa es la famosa fragmentación del contenido.
Ahora, también es necesario hablar de la posible crisis de la televisión por cable. Una década atrás, los usuarios encontraban todo el contenido agrupado en la TV por cable. El modelo, quizá, era un poco más sencillo: comprabas un plan completo de televisión y todos los canales estaban en una sola plataforma: el dispositivo que ponías al frente del televisor. Y si querías ver una serie o un evento especial pagabas por ver, el famoso ‘Pay per view’.
Pero todo evolucionó. Cada vez son más los usuarios que se bajan de la televisión por cable y dejan sólo el servicio de internet y le van integrando plataformas de streaming de acuerdo con sus gustos. Al principio, TV por cable y el streaming era complementarios, pero con el correr de los años se está convirtiendo en una decisión: es streaming o televisión tradicional, pero no los dos al tiempo.
Todo esto no sería digno de análisis si no fuera porque estamos viviendo una época de recesión (que puede empeorar mucho en los próximos meses), lo que está llevando a los consumidores no sólo a darse de baja del cable sino además de las plataformas.
La industria de los contenidos es de las más suntuosas que hay. Y cuando llegue la hora de decidir entre el mercado y el partido de fútbol o la serie, lo más seguro es que las familias se decantarán por la comida. Se viene un invierno económico muy fuerte y la industria de los contenidos y la tecnología van a sufrir mucho.