Rafael Gómez Martínez* | El Nuevo Siglo
Jueves, 22 de Enero de 2015

¿Tout est pardonné?

 

La France musulmane, son influence, se réseaux, así título Le Figaro Magazine el número 16.941 del sábado 30 de enero de 1999. El titular se podría traducir como: la Francia musulmana, su influencia, sus resortes. Para esa época, final del milenio, se comenzaban a presentar serias dificultades de cohabitación entre los musulmanes franceses ya instalados por cuenta de una política abierta de migración en compensación por el dominio colonial francés ejercido en la zona norte de África.

El debate sobre el uso del velo islámico se dio por cuenta de los islamistas radicales quienes enfrentaron al Estado de Derecho francés obligando a este último aceptar que las mujeres islámicas, por su tradición, deben llevar el velo tapando su cara en los lugares públicos.

Los fundamentalistas islámicos llegaron a tal punto que en la Iglesia Católica de Asniéres, colocaron un velo islámico a una estatua de una Virgen María provocando la ira de los católicos de Asniéres.

En París, los musulmanes se toman las calles 6 veces al día para rezar hacia el oriente lo que ha provocado el malestar de sus habitantes.

En Val-Faurré, las mezquitas construidas con el financiamiento de influyentes musulmanes ya no dan abasto para recibir a sus fieles creyentes.

En la cité de Plan d’Aou a Marseille, los niños cameruneses reciben estrictas indicaciones del Corán donde se explica con vehemencia que solamente existe un solo Dios.

Teniendo en cuenta el anterior contexto actual sobre el mundo musulmán en Francia, me pregunto al ver lo acontecido con los últimos actos de terrorismo en contra de Charlie Hebdo, de un supermercado judío, de una estación de gasolina, de otros rehenes en una estación de correo, de una posible bomba en el aeropuerto de Roma: ¿es tan bueno Al-lāhque permite asesinar a los demás congéneres de la Tierra solamente porque Él es el único Dios?

¿Lo acontecido con el acto terrorista al diario satírico Charlie Hebdo no merece una reflexión sobre hasta dónde llega la libertad de expresión? A tal punto que, una mujer africana al recibir el diario dijo: “La libertad nos da el derecho de se moquer des autres, la libertad nos da el derecho de burlarnos de los demás”.

Al finalizar la presente reflexión, aparecen noticias que oscurecen el panorama aún más. Los musulmanes suizos demandan al Estado quitar la cruz blanca. Todas las ciudades de Europa se encuentran en alerta roja. Dos ciudadanos japoneses fueron secuestrados por el Estado Islámico. 2.000 personas fueron quemadas vivas en Nigeria ante la indiferencia occidental ¿Tout est pardonné? Je ne crois pas, mes amis. La tercera Yihad ha comenzado. Que nos cojan confesados.

Puntilla. ¿Existirá un fiscal en Colombia con la valentía del fiscal Nisman para investigar el caso de AGH?  ¿El atentado  de la Amia en Buenos Aires iba a quedar impune? Como los atentados de las Farc en Colombia. Vea pues.

@ragomezmar

*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI