Rafael Nieto Navia | El Nuevo Siglo
Martes, 3 de Febrero de 2015

Los Castro (IV) y Obama

 

El 17 diciembre de 2014 Obama y Castro anunciaron que abrirían  negociaciones para restablecer relaciones diplomáticas y terminar el embargo. El 28 enero 2015 Raúl Castro dijo en la Celac que los Estados Unidos deberían devolver la base de Guantánamo, lo cual fue inmediatamente rechazado por los gringos. Esto me hace recordar el único acuerdo que hay entre el presidente Santos y las Farc: “No hay nada acordado hasta que todo esté acordado”. Este es también presupuesto básico para analizar la nueva situación de las relaciones EE.UU.-Cuba.

La situación actual de Cuba, cuando sus aliados petroleros (Venezuela y Rusia) tienen problemas económicos graves y no pueden ayudar como antes, la ha dejado sin opciones distintas a volver los ojos a sus vecinos del norte. China no es alternativa confiable. Y Obama, que desde 2009 había anunciado que quería hacer concesiones a Cuba, aprovecha la ocasión para quitarse un dolor de cabeza. La mano invisible del Papa Francisco, que había enviado mensajes a ambos gobiernos, coadyuva a que inicien conversaciones, que se empiezan a concretar en la reciente reunión Jacobson-Vidal en la que lo único que acordaron es que estaban en desacuerdo. Pero EE.UU. devolvió unos espías cubanos y Cuba dos prisioneros gringos y liberó 50 disidentes.

Obama, al explicar su nueva política, comenzó por decir que él nació en 1961, año en el que los dos Estados rompieron relaciones y empezó el embargo (lo que explica que de alguna manera no le duela) y luego añadió que éste ha fracasado. Si se pensó que los Castro se caerían, sí. Pero en muchos aspectos ha dificultado la vida al gobierno, aunque con el sacrificio de las comodidades de los cubanos inocentes. El embargo se implantó en 1962 y fue codificado en la ley Helms-Burton (1996), que básicamente impide a las compañías americanas y extranjeras negociar con Cuba. Ha sido adicionada por otras regulaciones. Para desmontarlo se necesita la colaboración del Congreso, hoy de mayoría republicana. Los senadores Rubio y Cruz dicen que más comercio y turistas no convierten una tiranía en democracia.

Los cubanos quieren que se les quite el mote de Estado terrorista. Pero, se pregunta ¿no son sus amigos Irán, Corea del Norte, Hamas, Hezbollah y Eta? Piden  que se reforme la “ley de ajuste cubano” (1966) (pies mojados-pies secos), que fomenta la emigración a EE.UU.  Los cubano-americanos se oponen. Entre tanto los “balseros” han aumentado más del 50%. Obama dijo que no se hace la ilusión de que se levanten de la noche a la mañana las barreras que afectan las libertades de los cubanos.

El camino es difícil. La impresión es que, por ahora, no hay avances ni los habrá mientras los Castro vivan.

 

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Coda uno. El uso de armas letales por parte de nuestros nuevos amigos, para controlar manifestaciones, viola todas las normas de convivencia universal y la conciencia humanitaria.

Coda dos. El Fiscal persigue con saña a María del Pilar Hurtado, pero sugiere que a los terroristas de La Habana los condenen a tejer calceta.