RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 19 de Junio de 2012

El Congreso detestable

El Congreso aprobó a las volandas dos modificaciones a la Constitución: el Marco para la Paz y la reforma judicial. Pero no completó lo del fuero militar.

No pienso referirme a ellas en detalle. Hoy me interesa más evaluar el comportamiento de los H. Padres de la patria.

El Marco para la Paz, como  dijo Vivanco, es simplemente una amnistía disfrazada para la guerrilla. En lenguaje confuso y que da para toda clase de interpretaciones, autoriza al Estado para acusar a unos y perdonar a otros. De no ser porque el senador Juan Lozano introdujo una reforma a última hora, los que hoy consideramos terroristas pueden ser los gobernantes de mañana. Solamente tres o cuatro congresistas tuvieron el coraje de oponerse a este esperpento. La reforma fue impulsada por los mismos que se opusieron a la Ley de Justicia y Paz dizque porque era muy “generosa” con los paramilitares. Es discriminatoria porque excluye a los militares, es decir, vamos a perdonar a nuestros enemigos, como buenos cristianos, y a castigar a los que nos defendieron, como buenos desagradecidos. Menciona los crímenes de lesa humanidad, que no contempla la legislación colombiana, a menos que hablemos del estatuto de la Corte Penal Internacional. Los parlamentarios, mostrando una vergonzosa falta de carácter, se entregaron totalmente al Gobierno.

No sucedió lo mismo con la reforma a la justicia. El proyecto original, que era bastante malo, fue sufriendo reformas a lo largo del debate que lo hicieron inútil para afrontar los problemas de nuestra justicia. Esta vez, a pesar de la oposición del Gobierno, resolvieron ampliar el período y la edad de jubilación de los magistrados actuales, entre ellos algunos que han sido acusados por los medios de corruptos (carrusel de las pensiones y relación con mafiosos) y politizados (persecución por parapolítica y contra los militares y cero acción en farcpolítica). Pareciera que a los parlamentarios no  les preocupan los intereses de la patria sino los propios (darle contentillo a sus eventuales jueces). Aliviaron las causales de pérdida de investidura. Consiguieron doble instancia en los procesos contra ellos. Eliminaron la Comisión de Acusación que en alguna oportunidad se asustó con la Corte Suprema a la que iban a acusar, y la remplazaron por una Comisión de aforados constitucionales, que podría, si alguna vez entra en vigor, juzgar solamente por faltas relacionadas con el cumplimiento de funciones del aforado (es decir, no podría con un proceso como el 8.000).

Debo decir con franqueza que yo esperaba otra cosa de partidos como el conservador o el de la “U”. Lo que no sé aún es, además del miedo a los jueces, en qué consistió el plato de lentejas.

Coda. Como dijo Caballero, lo de los toros es una alcaldada de Petro. Lo del pico y placa es una torpeza. Un profesor universitario con clases martes y jueves a las 7:00 podrá usar el carro unos días y otros no. ¡Y trate de conseguir taxi!