Regiones autónomas | El Nuevo Siglo
Jueves, 20 de Abril de 2017

El impulso regional autónomo, esperado hace décadas, ahora que se reglamenta, no puede convertirse en temor a rebelión. Por el contrario, hay condiciones para que la vocación de cada zona, sea materia prima de desarrollo económico y social.

Con sano y práctico equilibrio habrá beneficio social. Otra cosa es pasar de la letra legislativa a los hechos. Pasos que exigen intenciones y ejecuciones limpias, sin manipulación del ideal de origen y, sin caciques, para alcanzar resultados productivos. 

En medio de críticas justas e injustas al Congreso, se salva en esta mitad de año, la puesta en vigencia del Plan de Reordenamiento Territorial, según Ley orgánica 1458 de 28 de junio, 2011, basada en estimular descentralización y autonomía local, uniendo departamentos, ciudades y poblaciones. 

De conformidad con la fecha de la Ley se demuestran dos cosas: Parsimonia en el manejo de leyes, una vez que son aprobadas, o también, de manera deliberada, se engavetó para olvidarla en los últimos seis años.

Autonomía regional, no es para asustar al Gobierno Nacional, como lo deja entrever el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas. Se trata es de componer un esquema para despertar iniciativas en cada región, siempre con manejo gerencial desde el Gobierno central.

Razón puede tener Cárdenas, si las regiones que se formen, caen en despilfarro y corrupción, el hilo conductor de desastres, que se apoderan de todo lo encontrado. Ya emprendieron su modelo, las zonas Pacifico y Central, con sus propias iniciativas.

Sin desconocer que, Antioquia con Urabá, con o sin decreto-Ley, empujó primero, para salir al Atlántico y al Pacífico, con puerto y vías en construcción actual.

En el Valle, industrias azucareras participan en fomento frutícola, promueven    consumo zonal y abrieron exportaciones, a Estados Unidos, Europa, Suramérica y Japón. Coordinan proyectos en obras, transporte y manufacturas con Cauca y Nariño.

Toma vuelo la Central, con Cundinamarca, Boyacá, Tolima y Meta. En Bogotá se activa el cinturón verde de Sumapaz, localidad 20 del Distrito, con agricultura, vivienda, y recuperación forestal.

En Soacha y Sibaté, están organizan microempresas con fomento laboral promovido por Bogotá y Cundinamarca para llegar a Meta y Tolima.

Temor a rebelión. ¿Por qué?, si hay ojo vivo de Procuraduría, Contraloría y Fiscalía, a presupuestos y contratación. De lo contrario, es pensar hacia atrás.

Igual estarán ministerio de Hacienda, Planeación Nacional y Dian, en regalías, subsidios y tributación, respectivamente, para verificar cumplimientos.  

Con moderado optimismo se espera el despertar de regiones olvidadas, o reclamando hace años, realidades en el país de los ensayos.