RODRIGO POMBO CAJIAO | El Nuevo Siglo
Jueves, 10 de Mayo de 2012

El Ministerio de Cardona

 

El ministro Cardona se va por varias razones: la primera, porque el presidente Juan Manuel Santos no es de aquellos que cree en el gobierno de la perseverancia sino en el gabinete de la necesidad y oportunidad política. Segundo, porque el ministro Cardona es decente cuando esta condición es ausencia sumaria de la política partidista nacional. Y, la tercera, porque el ministro Cardona está haciendo las cosas bien y en un país acostumbrado a la mediocridad esta actitud se torna francamente insoportable.

No digo yo que el Ministro sea perfecto y, en veces, le pudo más el discurso que la ejecución pero no por falta de voluntad, capacidad o interés sino por cuanto tuvo que maniobrar, hasta donde más pudo, los vaivenes de un entorno político tan hostil como habido del querer burocrático y contractual.

Este país es deficitario en materia de infraestructura, es cierto, pero no lo es menos que eso se debe, como bien lo ha gritado la historia, a una parroquial visión de futuro, a una elevada corrupción del gremio constructor y del servidor público y a una inadecuada planeación integral.

Cardona llegó a su cargo porque, como el acero, prefería partirse antes que doblarse ante la corrupción; por cuanto desde su conocimiento empresarial sabía que del afán solo quedaba el cansancio y que, en consecuencia, había que hacer bien la tarea, huelga decir, planear antes que ejecutar y ejecutar antes que inaugurar. También se rodeó con estupendos y descontaminados directivos (excepción hecha del Director del Invías a quien no conozco) y con eso ofreció garantía de eficiencia y probidad.

De manera que la retirada del frente del Ministro va a dejar hoyo en el sendero para la gente de bien y para la infraestructura nacional. Su sucesor Miguel Peñalosa es reconocido por su amabilidad y buen trato, pero se añora, a priori, su altura de estadista: amanecerá y veremos.

Por lo pronto el Presidente queda contento porque cedió ante la presión política y los políticos quedan felices toda vez que les han quitado una piedra en el zapato para continuar haciendo de la infraestructura nacional una piñata selectiva.

*Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI