Se reveló el pasado fin de semana un hecho al parecer bastante turbio; el guerrillero del Eln, alias “Gabino”, en julio de 2018 salió para Cuba con un permiso especial concedido por el Gobierno colombiano de la época; dicho permiso se prorrogó una vez y venció el 6 de agosto de 2018; acto gubernamental que estaba bajo reserva y por lo pronto, su legalidad y procedencia deja más interrogantes que claridades.
Aunque se ha dicho que tal permiso especial se concedió en el marco de la ley de orden público que faculta al Gobierno para el efecto, y se invocan además razones, humanitarias, políticas, diplomáticas y de crear confianza entre las partes que componían la mesa exploratoria para el proceso de paz con el Eln, la realidad es que el autorizado no era uno de los miembros de la fallida comisión negociadora, ni asistía a Cuba para participar en la mesa de negociación, sino para recibir un tratamiento médico en la isla caribeña, por problemas físicos y mentales. Surge la pregunta obligada, ¿Hasta dónde las motivaciones esbozadas para autorizar la salida de una persona sobre la que pesan 118 órdenes de captura y tres circulares rojas de interpol son legítimas y justifican un procedimiento reservado como secreto de Estado, que invoca razones políticas y humanitarias?
Aunque el Comisionado de paz de la época señaló en recientes explicaciones, que alias “Gabino” no se encontraba en Colombia y no sabían el sitio exacto donde está, la correspondencia cruzada entre los distintos protagonistas indica lo contrario. El embajador de Cuba pidió salvoconducto para legalizar la situación del exguerrillero, advirtiendo que era necesaria la anuencia del gobierno colombiano. El guerrillero “Pablo Beltrán” se dirigió al Comisionado pidiendo autorizar el traslado por razones humanitarias para que lo pudieran recibir en la frontera con Venezuela y de allí lo pudieran trasladar a Cuba; la autorización quedó por escrito el 7-10-2018, como una constancia política y diplomática; el Comisionado escribe al ministro venezolano Ramón Rodríguez informándole que el Gobierno Nacional autoriza el desplazamiento de “Gabino” hacia la ciudad de La Habana, a través de la ciudad de Caracas, y de allí pueda trasladarse a La Habana con apoyo de transporte cubierto por el gobierno venezolano. Todo indica que se encontraba en Colombia, si no, ¡para qué las autorizaciones!
Otro episodio para analizar y que espera respuesta es que el gobierno cubano se ha negado a atender las peticiones de extradición de los negociadores del Eln, argumentando que los protocolos no lo permiten, pues ellos fueron a una mesa de negociación; pero esta excusa no cubre a “Gabino” ya que no era negociador. Entonces nos preguntamos ¿Por qué no lo han extraditado si no hacía parte del equipo negociador?
Todo pareciera indicar que con esta situación de alias “Gabino” queda completamente fundada la decisión tomada por el saliente gobierno Trump de mantener a Cuba como uno de los países que albergan terroristas y a la Fiscalía colombiana le queda todo un trabajo por realizar y mucho por averiguar.