Nuestros atletas nos han acostumbrado a sus historias de vida, en su mayoría ejemplares. Casi todos naciendo en pobreza, muchos obligados a salir de sus regiones por la violencia, como nuestro medallista olímpico en pesas, nacido en Istmina Chocó, Yeison López, muy carismático; o nuestra medallista de bronce en lucha, Tatiana Rentería, caleña, seria, y madre adolescente, apoyada por su mama; lo mismo que el conmovedor niño de Cúcuta, Ángel Barajas gimnasta, que nos dio la alegría con una medalla de plata, sorprendiendo al Comité Olímpico Colombiano, mostrando como su madre se dedicó al sueño de su hijo desde muy pequeño. Finalmente, la risueña Mari Leivis Sánchez, también pesista y medalla de plata. Casi todos, con un común denominador, personas con carencias económicas, buscando en el deporte su redención, apoyados por sus madres, esperanzados en obtener una casa propia y con una fe profunda en Dios, fuente de su grandeza.
Otro ejemplo de superación no ya en Colombia sino en Pakistán, Nadeem Arshad, un atleta nacido en un pueblo agrícola de Lahore, en la región de Punjab, logró en estos juegos un tiro con jabalina de 92.97 metros, rompiendo el récord olímpico de 90.57, logrado por el noruego Andreas Thorkilsen. Este deporte dominado por europeos, en las últimas olimpiadas vio ganar al indio Neera Chopra, quien obtuvo un oro en las olimpiadas de Tokio y ahora en Paris, una de plata.
Este ídolo indio se convirtió en un gran amigo para el pakistaní, apoyándolo en su sueño de llegar lejos, incluso yendo en contra de su presidente, que no aceptaba esta amistad. Es bien sabido, que en el pasado la India y Pakistán tuvieron conflictos por la independencia de este último. Hoy, los seguidores de estos dos ídolos, los ven como embajadores o puentes para mejorar las relaciones. Los dos son buenos seres humanos, humildes y leales a su amistad forjada en el deporte.
El padre de Nadeem es un albañil, con 8 hijos y un único salario. Desde niño tuvo fascinación por los deportes. Fue lanzador de cricket, bádminton, fútbol, kabbadi. Su hermano mayor, que era atleta, le insistía en trabajar duro y en equipo. Pero él prefería un deporte que dependiera de él y no de otros jugadores. Así fue como se dedicó a lanzar el disco y después la jabalina, contando 14 años. Al coach Rasheed Ahmed Sagqi le llamó la atención, convirtiéndose en su mentor e insistiéndole en su talento natural para el lanzamiento.
Pakistán solo había ganado una medalla de oro hace 40 años en cricket.
Su familia y amigos del pueblo reunieron dinero, ayudándolo a conseguir su sueño de ir a los juegos Sur Asiáticos donde ganó un bronce. Posteriormente, trabajó en la Empresa de Agua y Energía dirigiendo deportes para apoyar a su padre y poder entrenar jabalina, hecha con bambú ya que él no podía por costos comprar una.
En el 2016 logró el récord nacional con 78.33, superando el obtenido en Asia, 78.25. En el 2017 ganó bronce en los Juegos Islámicos. En abril 2018 hizo un récord personal de 80.45 metros. En el 2022 en los juegos de la Commonwealth ganó un bronce y posteriormente en Yakarta en los Juegos de Asia clasificó a los Olímpicos de Tokio en una quinta posición. En el 2022, en los Juegos de la Commonwealth, hizo un tiro de 90 metros. En los Mundiales de Atletismo de Budapest, 2023, clasificó con plata a los olímpicos de Paris con 87.82. En febrero de este año tuvo una cirugía de rodilla, regresó a los siete meses y en París rompió todos los récords del mundo.
Solo aspira a entrenar duro y tener un entrenador. Le pide a Dios le de fortaleza para seguir y le agradece sus logros. Todos estos hombres y mujeres han engrandecido sus naciones con trabajo y tesón, todos ejemplos de vida.