¿Se puede detener a la inteligencia artificial? | El Nuevo Siglo
Domingo, 2 de Abril de 2023

Italia tomó el liderazgo en la batalla contra la inteligencia artificial. La noticia de la semana fue que los Tanos decidieron prohibir el uso de ChatGPT utilizando el infalible argumento de la “protección de los datos personales”. Pero Italia no está sólo en esta cruzada contra la tecnología.

Decenas de gurús de la tecnología, encabezados por el infaltable Elon Musk firmaron una carta en la que piden encarecidamente que los desarrollos de la inteligencia artificial se detengan al menos seis meses. Por supuesto, el debate no se hizo esperar.

Mientras que decenas de miles de usuarios están apoyando la moción de orden del equipo Musk, no son pocos los que cuestionan este ataque de ética repentina que les dio a varios grandes de la tecnología. Los detractores aseguran que esa epifanía de los Musk no es más que un intento por detener a Google y sobre todo a Microsoft que ya sacaron muy buena ventaja esta carrera de la inteligencia artificial.

También están los moderados que ven algo de razón en los argumentos que expusieron en la carta que se viralizó en los últimos días del mes de marzo de 2023. Y soy específico en la fecha porque quizá en 10 años alguien leerá este texto y entenderá que este momento es particularmente histórico. De hecho, estamos viviendo algo muy parecido a lo que se vivió entre 1900 y 1920 con las consecuencias de la Revolución Industrial.

Duele escribirlo, pero ningún empleo está a salvo con la violenta irrupción de la inteligencia artificial. Lejos de los sarcasmos y más cerca del análisis, la carta que firmó Elon Musk tiene varios (por no decir todos) argumentos válidos. Una innovación no puede ser ilimitada. Y es cierto que, si no existen controles, regulaciones y cortapisas existe un riesgo muy grande: que la inteligencia artificial se salga del control del ser humano.

Las películas de ciencia ficción, quizá, se quedaron cortas. Lo que estamos viendo ya no es preocupante, directamente es crítico. Se conoció la noticia de que un joven en Bélgica se suicidó después de hablar por más de tres semanas seguidas con ChatGPT. Y no, no estamos responsabilizando a la herramienta, ni más faltaba. Pero sí tenemos que tener cuidado con lo que está pasando y sobre todo con lo que puede pasar.

Ni modos, ya no se puede detener a la inteligencia artificial. Es una tecnología que ya se está utilizando, ya es una tecnología que entregó buenos resultados para los usuarios. Mientras que eso ocurra, siempre será una tecnología que siempre se utilizará. Ahora, eso no significa que NO se deba controlar o por lo menos regular.

Así las regulaciones tengan malas prensa, insisto, la tecnología -cualquier tecnología- no puede ser incontenible o incontrolable. Los Estados y los propios desarrolladores deben pensar en las personas. Y por ahora, la inteligencia artificial no genera expectativa. Genera mucho miedo.