El planeta sigue girando, no creo que el coronavirus mutante nos extinga, con mayor razón si logramos en breve disponer de una vacuna, drogas eficaces sirven para combatir la pandemia, los gobiernos adoptan medidas indicadas para controlar su extensión, sin embargo, resalto las advertencias del científico recientemente fallecido respecto del futuro de la humanidad porque, individual y colectivamente, somos finitos.
Ante todo, debemos evitar la tercera guerra mundial, impedir auto exterminarnos con estupidez.
Posible causa para la desaparición de la vida humana la creación de un virus con capacidad de generar una pandemia incontrolable, existe el peligro de que aun involuntariamente se produzca, la fabricación de armas nucleares requiere de grandes instalaciones, en cambio la ingeniería genética se desarrolla inclusive en laboratorios pequeños de difícil regulación.
Una invasión extraterrestre sería aniquiladora, el universo no es único, hay seres por identificar buscando opciones, observamos indicios de que el fenómeno se acerca y es evidente que la raza humana, si quiere subsistir, tendrá que salir de la tierra, objetivo de los viajes espaciales.
El cambio climático, la demora en la adopción de medidas adecuadas para enfrentarlo dificulta la presencia humana, lamentable que dirigentes de naciones industrializadas incumplan acuerdos destinados a la conservación del medio ambiente, urge reducir la dependencia de combustibles fósiles, las emisiones de gases de efecto invernadero, carece de sentido talar bosques, derribar montañas y contaminar aguas.
La revolución de los robots, de los drones, de la inteligencia artificial, el desarrollo de máquinas, si se maneja mal, situaría en segundo plano a la inteligencia natural, la vida dependería de una tecnología sin conductor, a la deriva.
Los primeros seres humanos nacieron hace más de catorce mil millones de años, es casi seguro que la humanidad se agotará antes que el planeta. Cómo y cuándo es complejo saberlo. Las religiones sostienen que ello ocurrirá cuando Dios quiera, los ateos carecen de argumentos para determinar fechas, causas, pero entre tiempo y espacio precisiones científicas vinculadas con la teoría de la relatividad preocupan.
En medio de la emergencia global por el avance de un nuevo virus algunos desempolvan predicciones, las interpretan a su acomodo, brujos y hechiceros vuelven a recorrer calles y ciudades. El apocalipsis de la Biblia todavía no ha llegado, no obstante, su mención es el reconocimiento por varias creencias de que el paso de los seres humanos por la tierra tendrá fin.
Consigno lo expuesto por un físico y matemático reconocido interesado en la vida y su futuro, a pesar de sufrir durante mucho tiempo dolorosa enfermedad incurable. Desconocemos el riesgo de desastres, ojalá que seamos capaces de evitarlos. ¡Ojo con las observaciones de Stephen Hawking!