El explosivo temperamento del presidente 45, que asume el Gobierno de Estados Unidos, nunca lo imaginaron escritores de novela de ficción. El asegura que siempre tiene la razón. Las cosas se hacen, como dice y lo exige, con gritos y gestos, al borde de ataque demencial.

Donald Trump, de 70 años, en su entrañable Nueva York, desde la década de los años 90 -  fue visto como personaje pintoresco, megalómano, ex operador de casinos y amante de negocios inmobiliarios.

Llega a la Casa Blanca, con su anhelado objetivo por el poder, no para construir más torres, producto de sus grandes inversiones. Quiere manejar las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, para dominar el control sobre las armas nucleares en el mundo, dijo en su campaña.

El escritor y periodista Mark Singer, en la revista New Yorker, le siguió los pasos a Trump, cuando adquiría protagonismo en el ámbito inmobiliario. Son amigos, aunque distanciados. Tomó nota de sus afirmaciones, advirtiendo, que sería algún día candidato a la presidencia, afirma Singer.

Organizaba reuniones sociales para promover negocios y mostrarse junto a mujeres exuberantes, con interés de aparecer en publicaciones satíricas y de espectáculo, como “El Rey de los Negocios”, así se autodenomina.

Trump, en permanente choque con periodistas, tiene el criterio de que las publicaciones, son mentirosas y las considera “Basura”, más cuando no le gusta lo dicho por un medio.

El distanciamiento contra Latinoamérica, se centra en México, para frenar a indocumentados, acusándolos de delincuentes. Según dice, les cobrará a los mexicanos, el muro que levantará entre los dos países.

El objetivo es promover ya, regreso de industrias estadounidenses para generar recursos y puestos de trabajo, en lugar de que permanezcan en México, China, Corea del sur y Japón, donde están las compañías más grandes.   

Ford, ya paralizó su planta de México. Es inminente el regreso a Estados Unidos. Empresas hoteleras, aéreas, fabricantes de medicamentos, y ensambladores de diversa tecnología, están alerta. 

Trump, no quiere Tratados de Libre Comercio, prefiere Acuerdos Multilaterales, por productos, con previo análisis a los países que los firmen.  Sostiene que no está en condiciones de ofrecer ventajas.

Hace una semana, chocó con la CIA y el FBI, organismos estatales de investigación. Los califica de “burócratas”.

Colombia, mejor, debe tener luces de prevención, sin exagerar ´Lambonería´, con catarata de mensajes de felicitación.

Las -payasadas de Trump- son distractores, de su doble personalidad; desata tormentas donde menos se piensa. Se ufana de racismo, nacionalismo y afán de poder mundial.