Es indispensable fijar como condición irreductible que la moral política es la base de todos los progresos y de todas sus formas eficientes, restableciendo el poder, siempre vivificante de sus principios.
Hipólito Yrigoyen
El derrumbe de los principios morales de una sociedad es el inicio de la caída libre en el precipicio de la hecatombe.
Se vive, se siente, se percibe, se evidencia, que la gran parte de nuestros dirigentes políticos, de nuestros empresarios, de periodistas y de otros profesionales, ya no actúan por ideales altruistas, sino por intereses de estómago, de dinero, de surgir a costa de otros, pareciera que ya no piensan en construir patria, sino en atesorar dinero, rápido y fácil, como el Tío Rico.
En nuestra amada patria colombiana, a nivel regional y local, se están enquistando esas costumbres, de pasar por encima de los interese nacionales, generales, comunales, de la sociedad, para satisfacer exclusivamente los propios.
Congresistas, que no dan puntada sin dedal, no votan un proyecto sin que primero se les asegure, cómo va el, como se acomoda, como logra pellizcar algo del dinero y sobre todo buscando compromisos electorales. Poco o nada piensan en ayudar a su región, o al país, es solo el CVY.Y por eso en poco tiempo atesoran grandes fortunas.
Grave que ese estilo y actuar se esté poniendo de moda, es la triple moral, se habla del tema, pero no lo aplican. Los que más condenan y exigen , son los que tiene un oscuro pasado, tienen cola, sus riquezas las han adquirido a costa de triquiñuelas, no tienen escrúpulos para quedarse con lo que no les corresponde.
De manera que la tarea en esta época que se avecina, es escoger, no dejarse comprar por un tamal, un pollo asado, o una cerveza y elegir a aquel que se comprometa a combatir y erradicar la corrupción, a no recibir dadivas, por cumplir con su deber y a no meter las manos en el erario público.
Tenemos que volver a los tiempos en que la ley moral, la ética y las buenas costumbres, se imponían sobre la corrupción. Ese actuar es una vergüenza porque se carece de moral, dignidad y respeto. Por eso es muy vigente la frase de que: “los pueblos eligen a los dirigentes que se merecen”.
Colombia tiene líderes honestos, que trabajen por el interés común de sus habitantes y los Partidos tienen gran responsabilidad en esta escogencia.