Trump, un factor x | El Nuevo Siglo
Jueves, 17 de Noviembre de 2016

Esta expresión de factor x se aplica a lo desconocido, a la sorpresa a lo que podría pasar y eso es lo que sucede con el nuevo presidente de los Estados Unidos. El mundo no sabe aun cuál será su política de gobierno, tanto en lo interno como en lo externo. Trump es un hábil empresario de negocios inmobiliarios, de hoteles, casinos, canchas de golf y el concurso de miss universo. Es un hombre pragmático, aparentemente superficial, no es persona culta ni intelectual, es veleidoso y extremadamente hedonista. Se le valora su enorme capacidad de acción. Trump es el macho americano, el justiciero que raya en la figura caricaturesca de los comics norteamericanos, exageradamente vanidoso, soberbio, prepotente y pendenciero, pues su capacidad, arrogancia y audacia lo llevaron a la oficina oval de la Casa Blanca.

Pero detrás de este extraordinario hombre también hay un inteligente estratega, con una voluntad de hierro y propósitos definidos. Lo de llegar a la presidencia del país mas poderoso del mundo no fue un asunto al azar o un capricho de último momento del magnate como diversión. No, fue un plan bien trazado que lo inició hace unos 20 años y le funcionó. Él, conocedor de los efectos de la comunicación, se le ocurrió montar un reality show llamado El Aprendiz, con el que se dio a conocer en su temperamento e imagen a todos los Estados Unidos, se incrustó en la mente de mucha gente que admira ese tipo de héroes y se vendió como persona de decisiones y resultados. Eso le valió de una prolongada precampaña de 15 años, que cristalizó en los dos últimos en su carrera por la nominación republicana, venciendo a sus rivales políticos tradicionales desgastados y luego escaló hacia la presidencia igualmente ante una candidata debilitada, cuestionada de corrupta y aferrada al establecimiento.

La elección de Trump no fue una sorpresa, fue un maravilloso plan estratégico debidamente estudiado, por eso la propuesta audaz de arremeter contra los inmigrantes latinoamericanos y musulmanes que es un sentimiento negativo de la población gringa y de los latinos americanizados que se encuentran hastiados y amenazados en su seguridad y economía, encontraron a alguien que se atrevió a ponerle la cara a ese profundo problema. Igualmente, proponer el rescate de la grandeza americana, mejorar la economía doméstica que afecta a la clase media, sumado a su promesa de acabar con el terrorismo de Isis. También se pronunció en contra del aborto y a favor de la familia. Lo anterior contrastó con las posiciones demasiado complacientes de su rival, total que todas esas propuestas sedujeron al votante.

Ahora queda el cumplimiento, pues el sistema político norteamericano es muy sólido, no se puede improvisar, no lo permite ni aun con un congreso a su favor como lo tiene Trump. La política exterior podrá cambiar, el asistencialismo lo acabará, no se sabe si continuará para el 2017 con el Plan Colombia o Paz Colombia como le llaman ahora, los tratados de libre comercio se renegociarán, el obamacare y su legado entrará a un cuidadoso examen. En fin, le meterá mano a tanta inversión improductiva que afecta a los intereses internos de ese país. Trump como en El Aprendiz, despedirá a quien no le de resultados y ciertamente económicos.

arangodiego@hotmail.com