La actualidad es siempre venero abundante de noticias, y cómo no, de opiniones -unas más versadas que otras, unas más discernidas que otras- y de toda suerte de análisis -la frontera entre éstos y aquellos es a veces borrosa- y no faltan los que no son más que proselitismo disfrazado, o negligente ignorancia. Ventajas de la libertad de prensa, del derecho a estar informado, del derecho a opinar libremente, allí donde existen, que no es en todos los lugares del mundo: empezando por Rusia, donde incluso está prohibido y penalizado llamar las cosas por su nombre.
Por eso vale la pena hacer una pausa. Apagar televisores, cerrar exploradores de Internet, silenciar redes sociales, y hasta dejar de leer columnas como esta, para volver a quienes llevan años investigando y reflexionando sobre los asuntos que hoy son pasto de los titulares y los comentarios. Abrir los libros ayuda siempre a digerir lo que se dice y a advertir lo que es francamente indigerible, antes de acabar indigestado. O lo que es peor aún -e irresponsable-, indigestando.
Va por eso aquí, sin mayores pretensiones, la sugerencia de algunas lecturas que podrían ayudar a mirar con una más amplia y clara perspectiva, lo que ha pasado, está ocurriendo, y quizá suceda, a raíz de la guerra en Ucrania. (La lista es mínima y arbitraria, porque aquí el espacio es poco, y el autor del inventario tiene, como todos, sus preferencias y limitaciones).
Para entender a Putin (hasta donde es posible), o por lo menos intentarlo, un clásico: La marcha de la locura, de Barbara Tuchman. Una reflexión sobre la imprudencia política, y un documentado recordatorio de que todo poder engendra insensatez, y el poder absoluto, insensatez absoluta.
Para entender a Rusia (que, sin embargo, no dejará jamás de ser “un acertijo, envuelto en un misterio, dentro de un enigma” -Churchill dixit-): L’Empire d’Eurasie, de Hélène Carrère d'Encausse, secretario perpetuo de la Academia Francesa (secretario, sí, no secretaria, porque ese es el título de su cargo, y así lo reivindica ella misma).
Para entender el fin de la Guerra Fría, lo que supuso para la seguridad europea, y el camino que recorrieron Estados Unidos, Rusia y la OTAN hasta encontrarse en la presente encrucijada: Not one inch: America, Russia, and the making of post-Cold War stalemate, de Mary Sarotte, calificado por Foreign Affairs, con sobrado mérito, como el mejor libro de 2021.
Para entender las alianzas, ponderar algunos mitos, y anticipar (ejercicio tan riesgoso como imprescindible) el papel que están llamadas a jugar en estos tiempos de reconfiguración geopolítica global: Military alliances in the 21st century, de Alexander Lanoszka - ¡recién salido de la imprenta! -
Para entender mejor la neutralidad a la que podría verse abocada Ucrania, y que se invoca más fácilmente de lo que habrá de definirse, y más aún implementarse: Neutrality in world history, de Leos Müller.
“En todos lados busqué reposo, sin encontrarlo, salvo en los libros” -dijo Tomás de Kempis-. Y, si no reposo, por lo menos, algo de conocimiento”.
*Analista y profesor de Relaciones Internacionales