Petro ha sido el peor alcalde de Bogotá en décadas. Recordemos el escándalo de las basuras y por ahí están arrumados los camiones chatarra que importó de Miami para recogerlas. Pero, además, basta leer las opiniones de Peñalosa para conocer la sarta de mentiras que se han dicho sobre la “obra” de Petro en la alcaldía. Todo falso, no hizo nada. Sorprende entonces que las encuestas le den tanta ventaja en la ciudad que lo tuvo que padecer. Es un tema para que los politólogos analicen.
Dentro de sus propuestas está suspender la exploración petrolera por supuestas razones ambientales, pero, según dice Juan Manuel Galán, porque quiere que Colombia importe el combustible de Venezuela. ¿Para pagar favores? Igualmente quiere suspender la construcción del metro de Bogotá, que ya está contratado y lleva 60 mil millones de inversión porque quiere uno subterráneo. Quiere detener Hidroituango, que está casi listo para encender la primera turbina, porque, según La Silla Vacía, “ese proyecto realmente ya no funciona”. Y acaba de prometer a los carboneros de Boyacá que, como no los va a dejar exportar en el futuro, el gobierno les compraría el carbón.
La cereza del pastel es el lugar de nacimiento. En su cédula y en el certificado de nacimiento aparece Zipaquirá, pero él dice que es Ciénaga de Oro. Y justifica lo de Zipaquirá porque “cuando pedían los papeles del colegio, a mi mamá le quedaba muy difícil irse a Ciénaga de Oro y sacarlos, por eso ella hizo el registro de nacimiento en Zipaquirá, a donde llegué a los 10 años”. Pero el Registro Civil se hizo en la Notaría 1ª de Zipaquirá el mismo día de su nacimiento. El padre de Petro dijo que su esposa lo tuvo en Ciénaga de Oro durante unas vacaciones de la familia. Pero agregó que “como mis vacaciones se acabaron, me tocó volver a Bogotá, específicamente a Zipaquirá. Allá mis hijos crecieron y se necesitaba el registro civil y mi esposa lo registró en la Registraduría de Zipaquirá.” ¿Vacaciones de diez años?
Vote responsablemente.
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Coda: Los escándalos sacuden la campaña de Petro. El primero los USD 68.000 que le retuvieron a Piedad Córdoba en Honduras, sobre cuyo origen la senadora dio tres versiones distintas. Aunque ella celebró que se hubiera resuelto el problema, nadie sabe la verdad y los medios callan. Como sucedió con las bolsas de dinero que recibió Petro y de las que nada se volvió a decir. ¡Tapen, tapen!
Están luego los Petrovideos, en los que Roy Barreras, Benedetti y otros secuaces planean las mentiras que “construirán” para atacar las campañas de Fico, Fajardo y Alejandro Gaviria (el santista que luego anuncia que votará por Petro). Una verdadera lección del “todovale”. Igual, Juan Fernando Cristo, otro santista que era del grupo de Fajardo y también votará por Petro. Hay que investigar, pero no pasará nada.
El caso del alcalde de Cartagena, hoy bajo investigación, muestra claramente la política sucia de la campaña de Petro. “Apóyenos y lo ayudamos a la elección de su candidata a la Cámara”. ¡Qué desfachatez!
Y luego se descubre que los asesores extranjeros de Petro son Vinicio Alvarado, prófugo condenado por participar en una red de sobornos para financiar el movimiento de Rafael Correa a cambio de contratos, y Xavier Vendrell, exterrorista español que fue detenido por tráfico de influencias y desvío de fondos en el proceso de Cataluña.
La campaña reacciona echándole la culpa al gobierno por interceptación ilegal. ¿El gobierno? Los videos fueron grabados por alguien cercano a la campaña porque todos fueron por zoom o en recinto cerrado.