XIMENA OSPINA DUQUE | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Julio de 2012

Desconfianza legítima

 

Fue tanta la propaganda desde el día de la posesión con la llave de la Paz, que hoy con el país más fragmentado que nunca, le tocará al Gobierno salirle al paso a tanto interlocutor de la paz con todos los diferentes sectores de esta sociedad, incluido el Congreso, que también se arroga el derecho a dialogar por haber sido los que sacaron la ley del Marco para la Paz.

Marco que no sabemos de qué vicios adolezca después del episodio de la Reforma a la Justicia, porque dicho sea de paso, la confianza se perdió.

El Gobierno tendrá que sectorizar el tema de la paz de acuerdo con la región y grupo social del que se trate; indígenas del Cauca, indígenas del Putumayo, campesinos de la Sabana, campesinos de la Costa Atlántica, negritudes del Chocó, negritudes de Pasto, mineros de Antioquia, mineros de Boyacá, víctimas de aquí y de allí, presentes y futuras, Farc, Eln, Bacrim, etc., y con el interlocutor “especial” para cada uno de ellos.

En el Cauca tendrá a su amigo el exjuez Baltasar Garzón, más al sur a su amigo Correa, por el Oriente y en la capital a su mejor amigo Chávez y si por si acaso el fallo de la Corte de La Haya sobre San Andrés sale desfavorable, como ya han tratado de prepararnos, pues qué mejor que Fidel, tan amigo de Ortega, “mis mejores amigos son tus amigos”.

Lo triste de todo esto es que algunos piensan lo mismo respecto al canciller Maduro y nuestra política exterior, de manera que cada día importará menos la reelección de Santos, ya que no seremos los colombianos quienes la definamos.

Ah, claro, si también el día de la posesión le entregaron los computadores a Correa, hoy socio oficial de los iraníes, con razón también está el Congreso ejerciendo una diplomacia paralela visitando países sin ninguna clase de control, desde emiratos a repúblicas ex comunistas hoy islámicas.

¿Por qué no se le cuenta al país cuales son los intereses que ameritan para que de la Cancillería se reúnan en La Habana con el Embajador de Kazajstán? País que sufre uno de los mayores desastres ecológicos del siglo gracias a las decisiones políticas de los comunistas que devastaron el Mar de Aral para siempre, utilizaron su territorio para experimentar con armas químicas y como botadero de residuos radiactivos y tóxicos.

Firmar tratados con Colombia a diestra y siniestra, sin tener ningún estudio hecho ni nada preparado, es solo diplomacia en un mundo económicamente en caos, el problema es que tampoco los gastos en tapetes rojos, viáticos, regalos, fiestas, comidas y prensa, hacen parte del rubro de inversión sino puro gasto.

La política internacional también se fragmentó, es a voces que los mismos venezolanos piden que a Capriles no le vaya a pasar lo de nuestro Gobierno, que terminará siendo el comodín de Fidel para abajo. Hoy nadie nos respeta, pues nadie nos cree, nadie confía en nosotros y con toda la desconfianza legítima.