40 años de Sábados Felicies | El Nuevo Siglo
Sábado, 5 de Mayo de 2012

Cuarenta años siendo el programa favorito de los colombianos no los ha cumplido nadie más. Por eso la celebración será por lo grande, a lo largo del año y con los televidentes.

Así lo asegura Alí Humar, quien desde enero de 2000 asumió la dirección de este emblemático programa, que llega al cuarto piso encantando a pequeños y grandes, con un humor que integra a la familia.

Durante 27 años fue dirigido y conducido por Alfonso Lizarazo, uno de sus fundadores. Luego, Jota Mario Valencia estuvo por un poco más de un año, hasta la llegada de Alí Humar, quien tras una vida entera en las series y telenovelas, vio en Sábados Felices un escampadero, mientras lo llamaban de algún dramatizado.

Pero el tiempo pasó, la televisión cambió y Alí Humar encontró la fórmula para armar un equipo con exceso de creatividad y muy poca disciplina, con lo que del ‘escampadero’ pasó a lograr que “Sábados Felices” continuara siendo el favorito de la familia colombiana. El director habla de ese y otros logros del programa cuarentón.

Cuarenta años de carcajadas
¿Cómo será la celebración?
Con motivos de estas cuatro décadas hemos cambiado completamente el look del programa, con una escenografía renovada, ambientación, logotipo, música, todo nuevo; eso ha gustado mucho en la gente, ese constante cambio. Transformamos el ring y varios de nuestros humoristas profesionales harán rutinas de dos o tres personas. Siempre buscando hacer humor de manera diferente. Además, integraremos dos nuevos segmentos, entre ellos un juego de improvisación, quienes sacan un papelito con una palabra y sobre esa palabra tienen que hacer humor.

Además, por ser una celebración tan especial, se vinculó todo el canal, por lo que Robinson Díaz hará de Gerly Hassam y otros actores reconocidos de Caracol harán de Barbarita, del ‘Cuenta Huesos’ y en cada uno de los segmentos tendremos talento Caracol. Es el caso de Las Falsetas, donde actuará “La Gorda” Fabiola con Luly Bosa.

¿Un programa en constante renovación?
Es increíble la aceptación y el amor que los colombianos le tienen al programa, pero en televisión jamás te puedes confiar, por lo que cada rato hay que renovarlo, tratar de sacarle cosas nuevas, que es la única manera de estar 40 años en la televisión, vigentes y exitosos. Si las cosas no se remojan, no se actualizan, la competencia siempre está atenta a ver cuándo nosotros damos el paso equivocado. Lo peor que le puede pasar a un programa de televisión es caer en la monotonía, peor si su materia prima es el humor, así que “Sábados Felices” busca siempre ser una sorpresa, así el esquema sea el mismo, con nuevas temáticas y desde hace seis meses con doce nuevos humoristas.

¿Y las parodias?
Las parodias han sido el gran fuerte del programa. Se hacían desde la época en que estuvo Alfonso Lizarazo frente al programa, pero eran dos o tres capítulos y luego de que pasara la serie o telenovela que la inspiraba. Nosotros cambiamos todo eso con el éxito que tuvimos con la parodia de “Pasión de Gavilanes”, cuando se nos ocurrió ir en paralelo con la historia que la gente veía. Al principio lo hicimos a ver qué pasaba y cada vez ha logrado mayor fuerza y la gente lo ha gozado mucho, como hoy sucede con la segunda temporada de “A yo me llaman”.

Y los Cuentachistes, siempre exitosos…
Es el origen del programa, de allí nació. Tal vez es el que menos mantiene un nivel estable en su teleaudiencia, porque son humoristas aficionados y algunos realmente malos los que se presentan. Pero es la única manera de encontrar gente nueva, una oportunidad única de pararse frente a un público y un jurado.

Una cantera de humoristas…
Una buena cantidad de la nómina de humoristas que hacen parte de Sábados Felices llegó por “Cuentachistes”, como Heriberto Sandoval, Polilla o Alerta.

De nuevo por Colombia
¿Sábados Felices vuelve a salir de gira?
Sí, desde mayo y cada fin de mes, haremos una gira por diferentes partes del país, hasta diciembre, pero visitando ciudades intermedias, como Soledad, Chinchiná o Girón, intentando llegar a lugares donde no suelen tener este tipo de visitas. Además de llegar con todo el humor, vamos a darles un regalo, según las necesidades del lugar, como una biblioteca o un puesto de salud.

Una idea que no retomaban desde hace algún buen tiempo…
Ha tenido varias etapas, como la creada por Alfonso Lizarazo con “Lleva una escuelita en tu corazón” que duró como 10 años, cuando el elenco jugaba un partido de fútbol, se hacía una presentación y se recogía un dinero para una escuelita en un pueblo muy alejado. Luego creamos “Una sonrisa por la paz”, pero paramos porque fue la época difícil de viajar por Colombia y descubrimos que detrás de muchas invitaciones había gente rara buscando beneficiarse de nuestra llegada, con intereses electorales y demás. Ahora tenemos todo el mecanismo para estudiar cada invitación y poder llegar a todo el país.

Hace algunos meses llegó Humberto Rodríguez, El Gato, a la presentación. ¿Cómo se ha adaptado él a las dinámicas del programa?
Lo que pasa es que “Sábados Felices” no es exigente en ese aspecto. Era distinto con programas como los de Pacheco, en los que todo el peso recaía en él. No nos podemos imaginar un ‘Animalandia’ o un ‘Compre la orquesta’ sin Pacheco, por la misma forma de él.

En “Sábados Felices” la función del animador es la de unir una sección con otra. Las tres veces que se ha cambiado el presentador no ha variado para nada la teleaudiencia, porque a la gente le importa mucho más la estructura del programa que el animador. Son cuatro generaciones las que han visto “Sábados Felices”, que hace parte de la familia colombiana, y más en el exterior, que a través de la señal internacional del canal, la gente sigue viendo el programa para sentirse más cerca del país y te lo hacen saber.

Un programa que le gusta a toda la familia…
Hay un segmento, entre los 15 y 25 años, que es cuando los muchachos no están para chistes, les parece ridículo y no se quedan los sábados en la noche viendo televisión. Los niños se mueren por el programa y vuelven a los 25 años. Lo hemos intentado todo, y nada, ese segmento no pega, pero les pasa la pendejada y vuelven a “Sábados Felices”.

Y para los niños “Sábados felicitos”…
Cuando estaba Jota Mario Valencia, un día al mes invitaba niños y tenía un diálogo muy especial con ellos. Cuando llegó Hernán Orjuela, para que no se viera como si tratara de imitar a Jota Mario, fue muy seco con los niños, y no funcionó. La gente nos preguntaba por el segmento, entonces recordé que Memo Orozco había hecho algo así con “El fenómeno del niño”. Ha gustado mucho “Sábados Felicitos”.

Experiencia propia
Ya son doce años frente al programa…
Es mucho tiempo y eso que lo tomé como un ‘escampadero’ (risas). Cuando terminé de trabajar con Tevecine, Yamid Amat me dijo: “Hoy en día, él que no esté con Caracol o RCN, no está en nada”, y yo no estaba. Empecé a trabajar con él y duré un año trabajando en el noticiero, cuando se presentó la crisis con Jota Mario. Pensé que lo mío con “Sábados Felices” sería por un tiempo, mientras volvía a los dramatizados.

¿Cómo fue llegar a un equipo formado y en un tipo de programa que usted no había manejado?
No fue fácil, porque es un elenco muy loco. Fue difícil hacerles entender que esto era un trabajo en equipo y no un lucimiento individual. Yo era muy exigente y severo y este grupo no es que sea la flor de la disciplina, por lo que se presentaron muchos choques, pero los logramos sortear.

¿Y los dramatizados?
Cuando llevaba tres años en “Sábados Felices” me llamaron para una telenovela, pero ya estaba muy encariñado con el programa. También, viendo la forma como se trabajan las telenovelas hoy en día, no tenía muchas ganas de volver, quizás no me sentía capaz.

¿Por qué?
Porque es una forma muy distinta a la que yo viví. En mi época escogía el libreto, hacia mi reparto, miraba las locaciones, musicalizaba, grababa y editaba. Lo que salía al aire, malo o bueno, era mío. Pero ahora, como se produce de forma industrial, hay un director en cada unidad móvil y otro en estudio, además de los editores y las exigencias de las productoras o canales que imponen actores. Y así no soy capaz. En “Sábados Felices” encontré una forma muy agradable de seguir vigente, seguir trabajando, que no es fácil para gente de mi generación y que no me exige tanto tiempo, como una telenovela