500 años de la Habana en el repertorio del Ballet Nacional de Cuba | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Viernes, 1 de Noviembre de 2019
Agence France Presse

EL ESPLENDOR de la danza vuelve de la mano del Ballet Nacional de Cuba, la primer compañía profesional de este arte en la historia del país que está catalogada como Patrimonio Cultural de la Nación gracias a su rigor artístico y técnico, el cual pone en escena nuevamente con un espectáculo en tributo a su fundadora Alicia Alonso y en celebración del medio siglo de la capital.

 

Esta temporada de ballet irá hasta el 10 de noviembre en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, con los estrenos Concerto DSCH y Love Fear Loss, y las reposiciones de El poema del fuego, Celeste y Las sífides.

 

Concerto DSCH es un ballet abstracto, de fuerte influencia balanchiniana, se inspira en el Concierto nº 2 en Fa mayor, para piano y orquesta, Op. 102, de Shostakóvich, cuyas iniciales hacen alusión al nombre y al apellido del gran compositor, y en las sugerencias y emociones que provocaron en el coreógrafo esta partitura que, según sus propias palabras, es un fiel reflejo del optimismo, la alegría y el idealismo de la generación de sus padres, en la Unión Soviética de los años cincuenta. Fue estrenado por el New York City Ballet, el 29 de mayo de 2008, en el New York State Theatre.

 

De Love Fear Loss, el coreógrafo Ricardo Amarante expresa que: “Este es uno de mis trabajos favoritos. Se trata de tres sentimientos, tres sentimientos muy fuertes e importantes que uno puede tener: amor, miedo y pérdida. Está inspirado en la hermosa música y la vida de Édith Piaf. Su música era un reflejo completo de su vida, así que es toda nuestra vida. Cada dúo te lleva a través de la experiencia de una relación.”

Los roles protagónicos de estas presentaciones estarán encabezados por Viengsay Valdés, subdirectora artística de la compañía, Anette Delgado, Sadaise Arencibia, Grettel Morejón, Dani Hernández, Rafael Quenedit, Ginett Moncho, Claudia García y Chanell Cabrera, secundados por solistas y el cuerpo de baile.

El Ballet Nacional de Cuba es una de las más prestigiosas compañías danzarias del mundo y ocupa un lugar prominente en la cultura hispanoamericana contemporánea. La exigencia de sus bailarines y la amplitud y diversidad en la concepción estética de los coreógrafos, otorgan a esta agrupación un lugar relevante entre las grandes instituciones de su género en la escena internacional.

La compañía surge en 1948, con Alicia Alonso como principal fundadora y primerísima figura. En 1950 se crea la Escuela Nacional de Ballet Alicia Alonso, anexa a la compañía profesional. Desde los inicios, su línea artística partió del respeto a la tradición romántica y clásica, estimulando al mismo tiempo el trabajo creativo de coreógrafos que seguían una línea de búsquedas en lo nacional y contemporáneo.

Ya en esta temprana etapa, el montaje de las versiones completas de clásicos como Giselle, El lago de los cisnes o Coppélia, estuvo acompañado de obras procedentes del movimiento renovador de los Ballets Rusos de Diáguilev como Petruschka o La siesta de un fauno; y de ballets creados por coreógrafos nacionales.

El advenimiento de la Revolución en 1959, marcó el inicio de una nueva etapa para el ballet cubano. Ese año, como parte de un nuevo programa cultural, se reorganiza la compañía con el nombre de Ballet Nacional de Cuba, y ha tenido desde entonces un auge vertiginoso, enriqueciendo su repertorio y promoviendo el desarrollo de nuevos bailarines, coreógrafos, profesores y de otros creadores en otros géneros relacionados con la danza, como las artes plásticas y la música. Junto al perfeccionamiento del repertorio tradicional, se ha incentivado un pujante movimiento coreográfico, con obras que se ubican dentro de los más significativos logros de la coreografía contemporánea.

Además de su intensa actividad en Cuba, donde ha logrado proyectar socialmente su arte a nivel popular, el Ballet Nacional desarrolla anualmente un programa de giras internacionales, que lo lleva a escenarios de diversos países de Europa, Asia y América. Importantes galardones, como el Grand Prix de la Ville de París y la Orden Félix Varela, se suman a la aclamación de los más destacados representantes de la crítica especializada y a las distinciones recibidas por sus figuras, de manera individual, en concursos y festivales internacionales.

El Ballet Nacional de Cuba es la máxima expresión de la escuela cubana de ballet, que sobre la base del legado cultural que brindan varios siglos de tradición en la danza teatral, ha logrado una fisonomía propia en la cual esa herencia se funde con los rasgos esenciales de la cultura nacional.