Ahora admiro más a los médicos: Umaña | El Nuevo Siglo
Martes, 17 de Marzo de 2015

Por Sue De la Hoz S.

Periodista El Nuevo Siglo

ENTRAR EN la piel de una médica, compartir la pasión de salvar vidas sin importar los riesgos y relacionarse día a día con situaciones duras fueron más que retos actorales para Cristina Umaña, a quien ahora conocemos como la doctora Susana Londoño en Sala de Urgencias.

Una médica Internista muy buena y competente, que tiene una actitud responsable hacia su trabajo, mejora sus habilidades profesionales frecuentemente y que conoce todos los últimos desarrollos en el campo de la medicina.

Le da preferencia a métodos de tratamiento no invasivos, lo que es objeto de constantes críticas de sus colegas, especialmente los cirujanos. Aunque en la mayoría de casos Susana está en lo correcto, le será difícil defender su punto de vista. Ese será su problema, se retracta fácilmente bajo presión.

En la serie veremos a Cristina con una actitud pacifista que con frecuencia termina en problemas. Por otro lado, Susana tiene una excelente memoria. Nunca olvida nada, desde el cumpleaños de sus colegas, hasta registros de historias médicas de pacientes a quienes trató hace años. La actriz dialogó con este medio sobre esta nueva etapa en la televisión nacional.

 

EL NUEVO SIGLO: ¿Alguna vez se le ocurrió estudiar medicina?

Cristina Umaña:Jamás. La medicina no puede ser más ajena a mí en la vida. Sin embargo, fue muy bonito poder encontrarme con esa profesión del lado que me gusta a mí, que es delante de cámaras, actuando. Conociendo dos mundos fantásticos y llevándolos a la realidad. Admiro profundamente el trabajo de los médicos, lo que más me deja esta serie, aparte del trabajo que tuve de seis meses con los productores, directores, compañeros de todo el elenco, es eso: una admiración y profundo respeto por los médicos, por la vocación de salvar vidas. Es super bonito y me conmovió muchísimo, salgo con ese regalo que me deja la vida y es reconocer, respetar y admirar el trabajo de los otros.

ENS: ¿Qué hay de Cristina en el papel de la doctora Londoño?

CU:Yo creo que todos los personajes siempre van a llevar tu estilo, es inevitable. Yo estoy al servicio de Susana en este caso, de enterarse de su vida, de tener que afrontarla porque ella por su vocación de médica deja atrás su vida. No sabe vivir, no le interesa, le da miedo vivir, está sumergida en un hospital y solo le interesa ser cada día mejor médica, poder salvar vidas. Y se va dando cuenta durante el camino que el amor y la vida la están atropellando dentro del hospital y ella se niega a aceptarlo porque se enamora del que no se debe enamorar, de un amor imposible. Aunque se lo niegue todo el tiempo, la vida se lo va metiendo ahí diariamente. Su familia es un desastre, y ella ha tenido que ser una mujer grande desde chiquita, ponerse los pantalones para encargarse de su hermana, incluso de sus papás.

 

ENS: ¿Le tiene miedo a la sangre?

CU: Uff… miedo a todo. Para mí entrar a una sala de traumas era un trauma completo, me agobiaba. Sin embargo, también me sorprendía mucho el trabajo de efectos especiales, un gran trabajo y lo aplaudía todo el tiempo. Ya después de la veinteava vez que hacíamos el plano, ya me familiarizaba con todo, ya metía las manos en las tripas. Eso lo puedo hacer porque es ficción pero en la vida real no soy capaz de entrar a un quirófano. Mi compañero Rubén Zamora (el doctor Miguel Grajales) era el más feliz entrando a los quirófanos a ver operar, pero yo me negué rotundamente porque literalmente, me desmayo. A mí la sangre y todo eso me supera un poco. Fue un gran reto para mí poder afrontar mis miedos frente a un personaje tan fuerte como esta médica.