Bogotá, sede latina de la cultura | El Nuevo Siglo
Martes, 29 de Marzo de 2016

CON MÚSICA, danza y las mejores puestas en escena, el Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá llegó a su fin. 17 días de erudición y 1.356 funciones teatrales hoy posicionan a la capital de la República como la principal sede cultural latinoamericana.

El FITB es un evento que se lleva a cabo cada dos años en Bogotá, en el cual son invitados los países más destacados en artes escénicas del mundo, como los 49 que asistieron en esta, la edición número 15, entre ellas: Argentina, España, Italia, Dinamarca, Finlandia, Polonia y México como invitado especial.

México fue el invitado especial por su gran momento teatral, y como muestra visible de ello es que en todas las alfombras rojas asistieron actores y directores con numerosos reconocimientos internacionales. Eso es el resultado de la inmensa creatividad y profesionalismo de sus artes escénicas, pero también de un país con una enorme diversidad cultural que da pruebas de inclusión en el escenario, siendo un modelo que Colombia ha comenzado a seguir.

 

Desde el otro extremo del mundo, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Suecia y las Islas Feroe invadieron los sentidos del público con una muy particular visión de la integralidad de las artes escénicas. Tres grandes espectáculos de danza, una obra de teatro físico y una de marionetas, un clown inalámbrico, una versión desbocada de un clásico ruso, un Hamlet musical y un homenaje sueco a una de las películas más amadas de Bergman resaltaron en el festival, quedando en la memoria de aquellos amantes del teatro que cada dos años se dan cita en diferentes instalaciones de la ciudad.

 

Para conmemorar los 400 años de la muerte de Shakespeare, el Festival ofreció una programación que mostró cuán actuales son sus obras en nuestros días. Shakespeare nos habla de las luchas sanguinarias por el poder, de los límites de la codicia de los hombres, de la violencia contra las mujeres y de la discriminación racial.

 

Así mismo, la versión 15 de la FITB hizo un reconocimiento a grandes dramaturgos y compañías, así como teatristas jóvenes y consagrados. No obstante, se resaltó las versiones actualizadas de los clásicos, las dramaturgias originales y experimentales en cada uno de los espacios, sala, calle y otros escenarios no convencionales.

 

El Festival ha asumido siempre un “deber de realidad” en su programación, así como se habla hoy de un “deber de memoria”; no porque se considere que el teatro tenga el compromiso de representar la realidad, sino porque profundiza en ella, la enriquece y la vuelve luminosa con su enorme capacidad de poesía.

 

Esa edición aumentó el repertorio de nostalgias y alegrías con sus 47 obras internacionales de sala y sus 6 obras gratuitas de calle, 125 de sala colombianas y 40 obras gratuitas de calle.

 

Hoy, tras 15 ediciones y 28 años de fe en Colombia, desde ese día en que Fanny y Ramiro se aliaron para inventarlo, el Festival sigue ansioso de paz como el resto de los colombianos que gracias también a los retos que nos exige el teatro se han educado en la tolerancia por las ideas y maneras de vivir del otro y en el respeto a todas las diferencias, se presenta una nueva cara del país, una cara alegre y esperanzada, una cara de quinceañero, llena de ilusiones en el porvenir.

 

Por esa razón, el Festival abrió un espacio a aquellas obras y compañías de teatro que buscaban concienciar y refrescar la memoria del público colombiano y extranjero, con puestas en escena que reviven la problemática social y de violencia que ha tenido que afrontar el país por más de dos décadas.