La reproducción de la feria suiza Art Basel en Miami Beach cerró su décima edición el domingo con galeristas que mostraban sonrisas de oreja a oreja por las ventas en una semana donde la ciudad ícono de "Miami Vice" fue tildada de "Miami Nice" por la fiebre de arte contemporáneo.
Unas 260 galerías participaron este año de Art Basel, el protagonista e impulsor de un evento cultural que este año provocó la creación de más de 15 ferias satélites, además de fiestas en galerías, que hicieron que la ciudad del sol del sureste de Estados Unidos vibrara al ritmo de negocios jugosos relacionados a obras de arte.
"El punto particular de este año es que no se sintió la crisis, pero sí hubo claramente menos público europeo que años anteriores", dijo a la AFP Orly Benzacar, directora de la galería argentina Ruth Benzacar, que asiste sin falta a esta feria desde hace 10 años.
Portavoces de galerías de Suiza, Alemania y Francia coincidieron con Benzacar en que "la feria estuvo muy animada respecto a años anteriores y se consolidó como un evento de mucha actividad donde este año Latinoamérica estuvo muy presente, sobre todo con muchos brasileños, colombianos y peruanos comprando piezas", tal como destacó la galerista argentina.
"La ciudad de 'Miami Vice' es de pronto 'Miami Nice', es como si estuviéramos en Nueva York en diciembre pero con sol y playa", comentó a la AFP Natasha Braum, una joven turista alemana que viajó desde Berlín para no perderse estos días de fiebre por el arte alternativo.
Al margen de Art Basel, los barrios de Wynwood Art District, Design District y Midtown vivieron una mayor explosión de ferias, subastas de arte, exhibiciones e instalaciones públicas, entre ellas la nueva Tribal Art Miami, dedicada al arte indígena de Africa, Oceanía y América; Art Miami, con la participación de unas 100 galerías internacionales; además de Red Dot, Pulse Miami y Scope, esta última la reina para los más alternativos.
La gran mayoría de los galeristas se resiste a entregar cifras sobre las ventas y la organización Art Basel no las divulga; sin embargo, el viernes en la tarde, al menos 10 stands de galerías presentes en el Centro de Convenciones de Miami Beach estaban cerradas al vender al completo sus mercancías.
"¿Por qué el arte es tan condenadamente caro?", tituló un artículo de la revista Newsweek este lunes al preguntarse cómo se explica que mientras la economía mundial va en picada, un nido de desechos de Ai Weiwei se vendió en más de 575.000 dólares, al igual que el rombo azul sobre un rectángulo blanco de Ellsworth Kelly se fue de la galeía de Matthew Marks por 1,5 millones.
"No faltó ni un solo nombre de los mayores coleccionistas de América Latina que teníamos en nuestra lista, y vinieron los más importantes de Estados Unidos", dijo una organizadora sin querer dar su nombre.
Celebridades como Michael Douglas con su esposa Katherine Zeta Jones y el oscarizado Adrien Brody no se perdieron el miércoles el tour VIP previo a la inauguración oficial para ver las obras.
Las fiestas nocturnas se dejaron llevar por esta corriente bajo el auspicio de Ruinart o aguas Perrier, que promovió el toque íntimo de Moby en el club Bardot el viernes, donde entre los artistas se pudo ver al fotógrafo de desnudos masivos Spencer Tunick disfrutar de las versiones de "Whole Lotta Love", de Led Zeppelin, y "Ring of Fire", de Johnny Cash, que ofreció el compositor pop de música electrónica estadounidense.
Los hoteles W y Standart acogieron recepciones donde no faltaron coleccionistas como Stavros Niarchos, Aby Rosen, Vito Schnabel, y hasta la premiada actriz británica Tilda Swinton que participó de una particular manicura instalada por el artista plástico Dzine.
"Aún en tiempos difíciles, los artistas son importantes. Este es el único evento de arte contemporáneo que vale la pena visitar en Estados Unidos", dijo a la AFP Adam Call, director de lanzamiento de colecciones del grupo Herman Miller, encargado este año por primera vez de amoblar desde la cafetería hasta los salones lounge para los coleccionistas en Art Basel.
Para Annette Schönholzer, co directora de Art Basel, en la última década "nuevos factores se han introducido y los ya existentes redefinido" logrando una transformación cultural en el sur de Florida.
"Fuera de las salas (de la feria), obras de arte público se han apoderado de numerosos lugares alrededor de la ciudad, flotando en el océano, cayendo del cielo, explotando en la playa, y hasta apareciendo por sorpresa dentro de las mesitas de noche de los huéspedes de los hoteles", dijo Schönholzer.
AFP