Civita Di Bagnoregio: el pueblo de los 10 habitantes | El Nuevo Siglo
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Domingo, 30 de Junio de 2019

EDIFICACIONES que parecen estar suspendidas en el aire, un centro donde  el tiempo se detuvo y un pueblo en el que sólo habitan 10 personas, son algunas de las curiosidades que esconde Civita Di Bagnoregio o como es llamada: “la ciudad que muere”, ubicada en el corazón de Italia.

Aferrada al borde de un acantilado entre Florencia y Roma, se encuentra esta pequeña ciudad, donde solo se puede llegar a través de un estrecho puente peatonal. Su apodo il paese che muore, que significa “el pueblo que  muere”, es a causa de la erosión de las rocas de toba sobre las que está construida, por eso en los días de niebla no solo se crea la ilusión de estar suspendida en el espacio, sino también en el tiempo debido a sus orígenes medievales.

Un pueblo abandonado

Este altiplano italiano fue construido por los etruscos hace 2500 años aproximadamente, época en la que el pueblo estaba conformado solo por un pequeño grupo de personas. Su ubicación era estratégica, ya que estaba cerca de la desembocadura del río Tiber, lo cual lo convertía en una importante vía comercial.

La inestabilidad sísmica del área en la que yace Civita, era bien conocida por los etruscos y por ello comenzaron a construir una serie de obras para protegerla de desastres naturales, haciendo algunos desvíos de ríos y creando desagües para que las aguas lluvias fluyeran de una manera correcta. Pero cuando la ciudad pasó a manos de los romanos, estas iniciativas quedaron a un lado, lo que la llevó al deterioro y finalmente se convirtió en un pueblo abandonado. 

Es por eso que la base de la colina sobre la que está construido este pueblo se fue deteriorando con el paso del tiempo por la erosión que provocan los torrentes de agua y viento. Es así como a Civita solo se puede acceder a pie, recorriendo un puente de cemento construido para los 10 habitantes, que luchan por mantener en pie este rincón italiano, y los turistas que van a visitarla desde todo el mundo.

Para visitar en Civita

Para llegar a Civita se recomienda alquilar un auto para hacer el recorrido de Florencia hasta Roma y llegar a Bagnoregio. Luego se debe atravesar el puente, en el que se debe pagar cerca de 1,50 euros por persona. Pero si por el contrario el medio de transporte elegido es el tren se tendrá que viajar hasta las estaciones de Orvieto o Viterbo y luego tomar un autobús hasta el burgo italiano.

Luego de cruzar el puente de 300 metros que comunica con Bagnoregio, lo primero en visitar es el monumento de la Puerta San Maria, el cual está acompañado por dos leones con dos cabezas de humanos, lo que simboliza a dos tiranos que fueron derrotados por los habitantes del pueblo.

Para seguir la ruta, por la calle San Maria se encuentra la plaza principal, en la que está ubicada la Iglesia Romántica de San Donado, que fue reconstruida en el siglo XVI. Allí se conservan obras como una pintura de la escuela de Perugino y el Crucifijo Tallado del siglo XV de la escuela de Donatello.

Otra de las atracciones de Civita son las construcciones renacentistas de las familias Colesanti, de los Bocca y de Alemanni que se ven reflejadas en sus callejones, en los que se pueden ver las casas tradicionales bajas, con balcones y escaleras en las fachadas, que son características que identifican a las edificaciones medievales.

Más del Pueblo que muere

Dentro de Civita también los visitantes podrán realizar diferentes actividades como dar un paseo a caballo, disfrutar de una cata de vinos, aprender a cocinar diferentes platos de pasta, hacer torrentismo o ir al Castillo de Bolsena, a la ciudad de Perugia, a una hora en auto, al lago de Bolsena y al Parque de los Monstruos, más conocido como el Bosque sagrado.

La gastronomía de Italia es una de las más conocidas y preferidas en la industria, por eso los quesos, el vino, el cordero, la porchetta, una preparación de carne de cerdo deshuesado y cocinado al horno, además de los dulces de miel son algunos de los platos que no se podrán pasar por alto en la visita a Civita.

Al caminar por las calles medievales de esta ciudad se pueden encontrar diferentes propuestas gastronómicas, además de los restaurantes que tienen algunos hoteles para aquellos que son amantes de la cocina italiana.

Los mejores Panini, una preparación de sándwich italiano, raviolis de ricota y espinacas o un cordero al horno con hortalizas de temporada, entre otros platos son algunas de las más de 20 opciones gastronómicas que se podrán encontrar en las calles de Civita.