Interacción y convivencia a través de la cultura | El Nuevo Siglo
Martes, 31 de Enero de 2012

A través de este programa los niños y jóvenes tienen la posibilidad de aprender, proyectar y disfrutar de la formación artística a través de la creatividad.

Valores para la vida, experiencias que hacen crecer como persona y el aprendizaje musical, son los ejes temáticos de la Red de Escuelas de Música de Medellín.
Varios niños y jóvenes de toda la ciudad convergen semanalmente a esta iniciativa en distintos lugares, en total 13 escuelas, cada especializada en un ritmo distinto, hay de tango, música clásica, latina, rock, hip hop, entre otros.
En este lugar, niños, niñas y jóvenes entre 7 y 23 años de edad disfrutan del aprendizaje de la música, hacen amigos y aprenden valores para la vida.
Doña Miriam es la encargada de abrir y cerrar las puertas de una casa que día a día convoca a decenas de niños, niñas y jóvenes de los barrios Aranjuez, Santa Cruz, Santo Domingo Savio, Granizal, Popular 1, Zamora, Moravia, Tricentenario, Palermo y El Chagualo, todos ubicados en la ciudad de Medellín.
Desde afuera esta casa se ve como cualquier una vivienda familiar; sin embargo, todos sus vecinos y usuarios saben que es más que eso. Se trata de la Escuela de Música de Aranjuez, una de las 27 de la Red de Escuelas de Música de Medellín.
Este lugar, ubicado en la Comuna 4 y fundado en 1997, se ha especializado en la enseñanza de instrumentos de cuerda como el violín, la viola, el violonchelo y el contrabajo.
Más de 200 niños y jóvenes arriban de lunes a viernes a este espacio, de donde emergen notas musicales que llegan, no solo a las casas vecinas, sino al corazón de los padres de familia y al alma de los alumnos a quienes la música, tras cada jornada de ensayo, les transforma positivamente la vida.
Doña Miriam Marín, la secretaria de la Escuela desde hace cuatro años, es una de las personas más apreciadas del lugar. Ella se encarga de mantener los salones en orden y los instrumentos en perfecto estado. De la mano de Germán Ospina, el director, ella ha logrado generar un ambiente cálido, donde prima la unión y el carisma.
“Los alumnos lo miran a uno como madre y amiga, porque estamos ahí para ayudar con lo referente a la Escuela, pero también escuchamos, apoyamos y corregirnos”, expresa esta mujer que conoció la Red hace una década, cuando llevaba a su hija a la Escuela de Manrique Las Granjas.
En la Escuela de Cuerdas Aranjuez, así como en las demás de la Red, los alumnos pasan por diversos procesos en los que aprenden desde lo más básico, como es la expresión corporal, la iniciación musical y el solfeo, hasta la interpretación de un instrumento.
Sin embargo, para llegar a instancias superiores los estudiantes deben responder en la parte académica y a unas reglas de respeto, disciplina y colaboración que los dotan de valores para la vida porque, más que grandes músicos, lo que la Red se propone es formar grandes personas.
María Antonia y Luisa
Dos apasionadas por la música integran el grupo de jóvenes de la Red de Escuelas de Música de Medellín; se trata de las hermanas María Antonia y Luisa Betancur. Ellas, conectadas por la sangre, se destacan por su ímpetu, creatividad y perfeccionismo al tocar sus instrumentos.
Cuando estaban pequeñas, María Antonia y Luisa Fernanda no sabían que su gusto por la música las proyectaría como jóvenes talento de la ciudad. Esta pasión, heredada de sus padres que disfrutaban de las artes, las impulsó a trabajar con perseverancia por lo que querían.
Actualmente y a pesar de haber vivido malos momentos la Red se convirtió en su esperanza, en su futuro y en su alegría.